Ya eran pasadas las cinco de la tarde y comenzaba a darnos hambre a pesar de que comimos un helado hace no menos de una hora. Ya decidimos de ir a cenar a Michael’s. Muero por una buena hamburguesa doble con limonada.
Íbamos en el auto andando por una calle cuando un grito agudo de Clarisa de pronto me distrajo.
-¡Austin! –Gritó a un chico que estaba de espaldas, en frente caminando. –Oríllate. –Me dijo y lo hice. –Hola. –Saludo al chico, era el barman de la otra vez, el rubio de ojos miel, ahora lo recuerdo bien.
-Clari. –Dijo cuándo la reconoció. -¿Y ese carrazo?
-Es de mi amiga, Chris, hoy es su cumpleaños y le regalaron ese auto. –Le informó y los ojos dorados del chico me vieron.
-Hola, soy Austin. –Me dijo. –Felicidades.
-Hola, soy Christina y muchas gracias.
-¿Cuántos cumples?
-Diecinueve.
-Muy bien.
-Vamos a Michael’s, ¿quieres venir? –Preguntó Clarisa.
-Seguro. –Volteó hacia el lado derecho y tomó aire, creo que va a gritar algo. -¡Trevor! –Efectivamente gritó. Luego de recuperar el aliento silbó.
Después de unos pocos segundos apareció un chico en una patineta. Era alto y muy fornido con el cabello rubio casi a rape.
-Trevor. -Lo llamó Austin.
El chico se deslizó por la acera hasta llegar al lado de Austin.
-¿Que sucede? -Pregunto Trevor con una voz grave y profunda.
-¿Quieres ir a comer a Michael's?
-Sí, ¿y a que se debe este agradable acontecimiento?
-Es el cumpleaños de mi amiga. -Contestó Clarisa.
Los ojos azules de Trevor me miraron. Y me sonrió. No pude evitar sonrojarme. Luego miro a Clarisa de nuevo para dirigirle la palabra.
-Tú debes de ser Clarisa, ¿no? La chica de Austin.
Y por primera vez desde la secundaria Clarisa se sonrojo. Dios. Será el apocalipsis zombi.
-Si es mi chica. -Se defendió Austin. Se inclinó por encima del auto y su cara estuvo a centímetros de la de Clarisa.
Trevor rodo los ojos al igual que yo. Tomo su patineta y caminó para ponerse de mi lado. Se inclinó de igual manera que Austin pero no tan cerca de mi cara y eso lo agradecí.
-Esos tórtolos parece que no ven que también estamos aquí. -Dijo y me reí.
-Si lo sé.
-¿Y cómo te llamas, cumpleañera?
-Christina.
-Bueno es más que evidente que me llamo Trevor.
-Hola Trevor.
-Hola Christina.
-¿Cuantos cumpliste?
-Diecinueve.
-Vaya, que bien. ¿Saliste de último curso?
-No, apenas lo voy a empezar.
-Ah muy bien, bueno entonces, bueno cuéntame algo en lo que esos dos se acaban de tragar.
Gire la cara y efectivamente, Clarisa y Austin estaba en medio de un gran beso.
-Ah, mi vida es aburrida.
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Bestia
Teen Fiction-No te acerques demasiado. Esta oscuro haya adentro. Es donde mi demonio se esconde. Apreté los labios. El corazón se me subió a la boca. Es cierto, es un demonio, una, bestia. Una historia que le da un giro a la clásica historia del chico malo que...