Capítulo 36

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Desde pequeña no he sido digamos normal. Me gustaba jugar con los niños, en lugar de muñecas con las niñas.

De chica nunca me parecí a mi mamá. Mi mamá tiene los ojos color miel, facciones finas y una nariz larga y curveada en la punta. Mi papá con su suave cabello negro y ojos cafés, con su cara más redonda.

Mientras que yo. Yo tengo el cabello como mi mamá, los ojos de mi padre y la cara como una extraña combinación de la de mi mamá y la de mi papá.

La última semana pasó más rápido que lo que me hubiera gustado. Cada vez se acerca más la fecha del primer día de escuela y me asusta de cierta manera.

Al salir de la cocina mi celular vibró escandalosamente en mi bolsillo y contesté lo más rápido que pude.

-Hola nena. –Chilló Clarisa desde la otra línea.

-Hola bebé. –Contesté.

-¿Tienes planes?

-Amm, todavía es temprano. No he llamado con Sat aun.

-Perfecto.

-¿Y tu novio?

-Tuve una discusión con él.

-Oh, ¿sobre qué?

-Hay es que el idiota olvidó que hoy cumplíamos dos meses.

-Oh, ¿tan rápido ya?

-Se pasa volando rápido el tiempo, verdad.

-La verdad sí.

-Dentro de dos semanas seremos las mayores en la escuela, ¿no te emociona?

-No mucho.

-Bah, entonces iré a tu casa, estaré ahí en veinte.

-Bien, te espero. Pero trae una película.

-¿Diario de una pasión?

-No, qué asco.

-Estirada, entonces. ¿Marley y yo?

-¿Es la del perrito?

-Sí.

-Ah, sí, está linda.

Fui rápido a tomarme el cabello en una media coleta y luego me quité el pijama, y me puse unos pantalones deportivos flojos. Bajé las escaleras y puse una bolsa de palomitas a hacerse en el horno de microondas.

Después de que saqué la bolsa del horno mi timbre sonó y me apresuré a abrir la puerta, dejando que Clarisa entrara dando saltitos.

Continuó con los saltos hasta llegar a la sala y se dejó caer sobre el sillón y lanzó la caja con el DVD sobre la mesita de noche. Fui por las palomitas, que las serví en un tazón y luego llevé dos vasos con refresco frente a la tele. Puse la película y ambas nos acoplamos al sillón a verla.

-No lo sé, pero Owen Wilson se me ha hecho muy guapo desde siempre. –Dijo y luego se lanzó una palomita a la boca.

-No lo sé, está algo viejo. –Dije imitando su movimiento con la palomita.

-Y mira quien lo dice, quien su novio tiene veintiuno.

-Déjame, ¿y Austin que edad tiene?

-Diecinueve.

-Acaba de salir del bachillerato.

-Así es.

-¿Y la universidad?

BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora