El resto del camino a casa me vine profundamente dormida. En cuanto llegamos sentí la mano de Sat en mi muslo para despertarme.
En cuanto desperté él me sonrió y le devolví la sonrisa aun medio dormida. Abrí la puerta y caminé un poco hacia a mi casa y esperé a Sat. Se bajó de la camioneta y dio una zancada para acercarse a mí. Tomó mi cara entre sus manos y acercó la suya, uniéndonos en un pequeño pero significativo beso. Yo sonreí después de separarnos. Mi frente y la suya estaban juntas y nos veíamos a los ojos. Cada vez que veía ese par de ojos verdes con suaves resplandores dorados mi cuerpo parecía hacerse de gelatina.
-Fue un lindo día después de todo. –Dije.
-Todos los días son lindos si estoy contigo. –Contestó con su seductora voz. –Hasta mañana, cure.
-Hasta mañana.
Él subió a su camioneta y enseguida arrancó. Me gire para caminar a mi casa y se abrió esta de repente, saliendo echa furia Christina.
-¿Qué te sucede? –Me gritó.
-¿De qué hablas?
En ese momento mi madre apareció atrás de ella pero en total calma, mientras que Clarisa había salido corriendo a enfrentarme.
-¡De Sat! –Volvió a gritar. -¡Por tu culpa Austin está enfadado conmigo!
-Primero, no me grites, ¿sí?
-Ya, Clarisa. –Llamó mi mamá. –Relájate. Creo que Christina nos tiene una explicación para todo.
Clarisa cerró los puños como si estuviera a punto de golpearme. Tragué saliva. No sé cómo explicar nada.
-Entremos a la casa. –Sugerí.
Clarisa asintió y dio media vuelta para regresar por donde había salido. Mi madre que seguía en la puerta me dio una palmadita en la espalda como saludo. Fuimos a la sala y nos sentamos en los sillones.
-A ver. –Comencé. –Necesito que me expliquen el porqué de todo este alboroto.
-Austin está enojado. Corrijo. Enfadado conmigo por tu culpa.
-¿Quién es Austin? –Preguntó mi madre
-Es su novio mamá. Bueno, explícame eso Clari.
-Es que, bueno. Ayer Trevor te vio con Sat y se enfadó porque tú le prometiste que no estarías con Sat.
-¿Y eso en que le importa a Austin? –Dije un poco irritada.
-¡Trevor es su mejor amigo! Si a ti alguien te faltara a una promesa me enojaría también.
-Sí, ¿pero porque contigo?
-Por qué soy tu mejor amiga.
-¡Basta! –Nos paró mi madre. –Primero que nada ¿Quién es ese Sat?
-Lo debe de conocer. –Dijo enojada Clarisa.
-No lo creo. –Respondió mi madre.
-Claro que sí. Sat. Civatti.
En cuanto Clarisa mencionó el apellido de Sat la quijada de mi mamá cayó tanto que pareciera que se le iba a salir de lugar. Me miró después de cerrar la boca y me fulminó con la mirada y yo baje la cara. ¿Por qué todos lo conocen menos yo?
-Fue el que estuvo involucrado en una pelea de pandillas. ¿No?
-Él mismo. También el que casi mata a un jugador de futbol americano de la escuela. –Comenzó a hablar mal. –Él que estampó un auto en un almacén cuando estaba borracho. Su nombre ha salido más veces en el periódico que el de cualquier político.
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Bestia
Teen Fiction-No te acerques demasiado. Esta oscuro haya adentro. Es donde mi demonio se esconde. Apreté los labios. El corazón se me subió a la boca. Es cierto, es un demonio, una, bestia. Una historia que le da un giro a la clásica historia del chico malo que...