Llegue justo cinco minutos antes de la hora que mi mamá me había anunciado que iba allegar. Entré prácticamente corriendo a la sala de espera y miré unos televisores que estaban colgados en la pared anunciando la llegada de todos los aviones. Busqué el avión de Washington y estaba retrasado por un par de minutos.
Me acerqué más a la puerta y se abrió. Muchas personas entraron y busqué con la mirada a mi mamá. Después la vi, con una falda tubo negra y unas ojeras enormes, con su cabello recogido en un chongo desordenado.
-¡Mamá! –Grité moviendo los brazos bien alto.
Llegó a toda prisa a encontrarme y me envolvió con sus delgados y pequeños brazos.
-Hija. –Me miró a los ojos. –Que bien se siente regresar a casa.
-Me alegra que ya llegaras, mamá. No tienes una idea del infierno que es mantener la casa limpia. –Bromee.
-Ven, vamos a Michael’s. –Me tomó de la mano y me jaló hacia la salida. –No tienes una idea de cuánto quiero una hamburguesa y una malteada.
-¿Qué pasó con eso de que debemos de comer sano, mamá?
-Se quedó en Washington.
Cuando llegamos a la casa lo primero que hizo fue subir a su cuarto y cayó dormida sobre la cama.
Admiro a mi mamá, porque hace estos tremendos esfuerzos para mantenernos a ambas bien. Antes de que mi padre muriera ella era ama de casa, pero había estudiado carrera en administración de empresas y dejó de trabajar cuando nací. Pero después de que mi padre murió tuvo una fuerte depresión y dejé la escuela por un año. Y después se dio cuenta de que solo estaba perjudicándome así que encontró trabajo. Tuvo que sacrificar muchas horas conmigo pero ahora estamos bien y eso es lo más importante.
-Mamá, voy con Clari. –Dije en un susurro.
-Mmm. –Dijo como aprobación.
Bajé de nuevo las escaleras y fui a mi coche. Conduje hasta la casa de Clarisa y me estacioné al frente. No quiero llamar a la puerta para que su madre no me vea. Tomé mi celular y le marqué.
-Nena. –Contestó.
-Clari, te necesito.
-¿Qué pasa? –Sonaba preocupada.
-¿Vas a hacer algo hoy? –Preguntó.
-Iba a salir con Austin, pero si quieres puedo cancelar, seguro que él entenderá.
-Gracias te amaré de por vida.
-Bien, ¿Qué sucede?
-¿Has tomado la? –No me salen las palabras de la boca, es como si quedaran en mi garganta y no salieran. –La pastilla. La pastilla. ¿No?
-Sí, solo una vez en la vida. ¿Por qué?
-La necesito.
-Oh, o sea que tú y Sat.
-Ya te lo había dicho, torpe.
-Sí, pero pensé que habían tomado precauciones.
-Bueno ya. Necesito esa pastilla. ¿Dónde la puedo conseguir?
-Pues en una farmacia.
-Ya lo sé, pero no quiero ir sola.
-¿Quieres que vaya contigo?
-Por favor.
-Bueno, ya que. Solo le digo a Austin que me surgió un compromiso muy importante.
-Gracias.
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Bestia
Fiksi Remaja-No te acerques demasiado. Esta oscuro haya adentro. Es donde mi demonio se esconde. Apreté los labios. El corazón se me subió a la boca. Es cierto, es un demonio, una, bestia. Una historia que le da un giro a la clásica historia del chico malo que...