Kagome La niñera De Mi Hija

44. Te voy a matar

Inuyasha

Desde que vi a Kagome en ese hermoso vestido mis pensamientos giran en torno a yo quitándolo de su cuerpo. Verla tan feliz me llena de orgullo y más el hecho de que por fin se haya graduado. Se lo importante que es para ella y lo mucho que ha luchado para conseguirlo. Estoy como un idiota mirándola, pero es algo que no puedo dejar de hacer. Esa mujer me ha hechizado desde que mis ojos captaron su imagen en una dulce chica que buscaba empleo.

La veo divertirse y mi pecho vibra de felicidad. ¿Cómo es que una mujer con un simple gesto hace que yo sea tan feliz? Creo que esto es lo que significa estar enamorado. Sentir que esa persona es la indicada. Es algo que no te da miedo experimentar. Ella está dando vueltas de un lado a otro y yo solo temo que no se caiga con esos tacones tan altos. Se lo torpemente tierna que es. Bebo un poco de mi vino mientras busco a Miroku con la mirada.

—Veo que si eres feliz—miro a mi lado y Ayame con una hermosa sonrisa me recibe.

—¡Ayame!, ¿qué haces aquí? —pregunto un poco confuso. Que yo recuerde ella no tiene amigas o familiares aquí.

—Vine a ver a Kagome, quiero disculparme con ella—asiento en comprensión tomando un poco de vino.

—Está buscando algo de beber—le hago una seña hacía donde camina.

—¿Eres feliz?—me pregunta mirándome.

—Más de lo que jamás soñé—respondo sin vacilar, una sonrisa aparece en su rostro mientras niega.

—Un amor como el de ustedes, debería de haber más así—miro a la chica que roba mis sueños escuchando las palabras de Ayame.

—Tu... ¿eres feliz—pregunto ahora mirándola a ella.

—Me casé con el hombre que amo—sonríe—más de lo que jamás llegue a pensar—y camina hasta donde Kagome. Veo que Kagome se incómoda y hasta creo que se molesta. Luego veo como ambas salen hacía afuera. Una llamada me interrumpe. Miro mi pantalla y es el oficial a cargo del caso de Kikyo y Naraku.

—Hola oficial-respondo al descolgar la llamada.

—Buenas noches señor Taisho, le traigo buenas noticias-me dice y yo me alejo un poco de la fiesta.

—¿Qué pasó?—pregunto prestando máxima atención.

—Pudimos capturar al fugitivo Naraku. Lo encontramos ayer con una herida de bala en las piernas desangrándose cerca de un bar. Una chica que salía lo encontró y nos llamó—me siento muy feliz. Es buenos saber que ese delincuente no está por las calles suelto.

—Y de Kikyo... ¿Se sabe algo?—pregunto con el aparato pegado a mi oreja.

—Todavía su ubicación es desconocida así que tengan cuidado. Adiós—cuelga y yo solo voy hacia donde Kagome.

—¡Kagome!—la llamo y camino hasta donde ella.

—¿Pasa algo?—me pregunta sobresaltada.

—Arrestaron a Naraku—ella me abraza feliz.

—Eso es una gran noticia—dice separándose de mí.

—Sí que lo...

Mis palabras se pierden en el aire al sentir el impacto de una bala. Caigo en el suelo sin oportunidad a nada y caigo en la inconsciencia de inmediato.

Kagome

Mis ojos no se despegan de Inuyasha que se encuentra en el suelo desmayado. Corro hasta el importándome una mierda que Kikyo este apuntándome con su arma.