38. Te estoy esperando

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Inuyasha

Cuatro semanas después

Mi vida se ha vuelto tan monótona, no solo la mía sino la de todos. La tristeza no se apaga en nuestro interior. Me siento tan vacío sin ella, me falta esa pequeña luz llamada Kagome en mis días, siento que en cualquier momento caeré en un precipicio y no podré salir adelante.

Kagome era mi todo, mi vida, mi mujer. Yui está tan triste que no es la misma niña juguetona, está más callada y casi ni se siente. Ella nos afectó mucho y es que no es de menos. Su voz, como siempre sonreía a todos, sus hermosos ojos chocolates. Esos ojos...

Extraño tanto mirarla a los ojos mientras le hago saber cuánto la amo. Todo lo que significa para mí, como cada célula de mi cuerpo lucha por estar cerca del suyo.

Un mes... Parece tan poco tiempo sin embargo se siente una eternidad de dolor y sufrimiento. Se siente latente su pérdida. Amo a esa mujer con mi vida. No puedo seguir haciéndome el fuerte mucho tiempo, ella es la razón. La razón de ser mejor persona hoy y no cometer los mismos errores del pasado. Kagome vuelve a mí.

Este mes ha sido muy difícil. De Kikyo no hay rastro alguno, parece como si la tierra la extinguió para siempre. Pero la quiero ver, quiero que pague el daño que le hizo a Kagome y a todos. Quiero verla en la cárcel donde debe de pasar el resto de sus malditos años.

Camino con la cabeza gacha donde vengo todos los días desde que supe que su corazón dejo de funcionar. Los doctores y enfermeras corren de aquí hacia allá tratando de salvar más vidas de las que pueden salvar.

Entro la habitación blanca, el molestoso ruido de máquinas se escucha como desde hace un mes. Miro la cama donde se encuentra ese pequeño cuerpo lleno de cables por todos lados. Inmediatamente mis ojos se llenan de lágrimas. Esta muy delgada y unas horribles ojeras están debajo de sus ojos. Sus mejillas que siempre están con un hermoso rubor están tan apagadas.

Un mes...

Un mes en un maldito coma que me quita la oportunidad de estar junto a ella como siempre he querido desde que la conocí.

Después de que el corazón de mi pequeña azabache se detuviera mi mundo se detuvo por un minuto después volvió a la vida. Fue un milagro, pero lastimosamente cayó en un estado de coma. Puede que dure meses, años o toda la vida.

Siempre que veía una película donde los protagonistas sufren alguno de coma, luego de un dulce beso y lindas palabras regresa a la vida dos días después, pero esto son semanas, un mes para ser exactos y nada. Sin embargo, vengo todos los días y le hablo, le hago saber cuento la amo y todo lo que hago. Camino hasta la silla que se encuentra al lado de su cama. Me siento en esta y me quedo fijo en mirarla, aún en estas circunstancias la encuentro tan hermosa y perfecta.

—Hola hermosa—saludo como lo estoy haciendo desde hace un mes, beso dulcemente sus labios, pero estos están frígidos, han perdido ese toque dulce y suave que la caracteriza—tienes que despertar hermosa. Te estamos esperando todos muy impacientes, necesitamos a la azabache gritona que eres. Hoy Yui pregunto más de costumbre, te necesita tanto como yo. ¿recuerdas como llegaste a mi vida?—pregunto mientras tomo su mano que se encuentra fría—me encontraba tan perdido que me sentí impotente, pero entonces con un nerviosismo evidente y con una inocencia cautivadora me miraste. Fue como ver un pequeño ángel caer del cielo. Desde ese pequeño momento te robaste una parte de mi-acaricio su rostro-fuiste la luz en un túnel oscuro. Yo se que vuelves, porque este amor es verdadero y esta sellado por la suerte—digo y huelo su pelo porque lo necesito—¿recuerdas que juramos que esto sería para siempre?, la luz estará siempre encendida por si te pierdes en el transcurso. Nadie entiende que te amo más que a mi vida, tu vives en mi vida pequeña. Te estoy esperando para cumplir todo lo nuestro hermosa. Te necesito, hay muchos sueños por delante, no te marches sin mi. Prefiero que me torturen toda la vida antes de no volver a escuchar el sonido de tu risa—lágrimas caen lentamente terminado en las blancas sábanas que la cubren—hermosa—susurro llorando—estoy triste, estoy tan jodido sin ti—digo con pesar—pensar en que aún podría haber una pequeña vida en tu vientre me mata vivo cada milésimo, regresa—ruego y espero esa magia que ocurre en las películas pero no sucede.

—Inuyasha—la voz se Sango me casa de mi trance.

La miro y se encuentra parada frente a la puerta, por el torrente de lágrimas que caen por sus ojos creo que ella escucho todo lo que dije.

—¿Hace cuento estas ahí parada?—pregunto limpiando las lágrimas de mi cara.

—Escuche todo—camina hasta mi—yo también la extraño, es mi mejor amiga, mi hermana de otra madre. Extraño como no tienes idea a la pendeja que se encuentra durmiendo plácidamente haciéndonos sufrir a nosotros porque nunca fue egoísta y pensó en ella. Extraño a mi cómplice, con la que hacia cualquier pendejada y todo parecía tan perfecto, con la cual los desmadres eran la cosa más fantástica, se lo que sientes. Pero no por eso me estoy rindiendo al hecho de que no volverá, yo confío en ella. Kagome no nos abandonara. Se que es muy difícil de creer pero hay que tener fe. Ella lo logrará estoy segura—sonríe y se limpia las rebeldes lágrimas que querían mostrarse al mundo.

—Por razones como esta es que amo con todo mi ser esa mujer—Miroku entra con una sonrisa en la cara.

Aún no puedo creerlo, ver a Miroku en plan amor es tan extraño como ver a mi hija comer ensalada. Ella las odia.

—Los tortolitos—susurro cantarín.

—¡Oh! cállate grano en el culo—ladra Miroku abrazándola por la espalda.

—Ya, ya—levanto las manos en señal de rendición.

—Inuyasha, te queremos dar una noticia—dice Miroku y sonríe de una manera que podría decir, ¿tierna?

—Entonces ataquen—murmuro chistoso.

—Vamos a ser padres—dice Sango y mis ojos se abren—y queremos que Kagome y tu sean los padrinos—yo los abrazo sonriente.

—A buena hora—murmuro—felicidades chicos—digo y ellos ríen.

—Cómo que Kagome tiene que despertar pronto porque tengo muchas cosas que contar—concluye Sango.

—Mujeres—dice Miroku rodando los ojos.

Yo también creo que ya debes despertar... Kagome.

Mis amores
Hoy no tenía pensado publicar pero como es dia de las madres

¡Felicidades a todas esas hermosas mujeres que nos trajeron al mundo!

Espero les haya encantado el capítulo lo hice con amor.

Espero sus votos y comentarios

Sayonara...

Kagome La niñera De Mi HijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora