Kagome La niñera De Mi Hija

10. No creo que lo pueda olvidar

Kagome

Creo que en este momento puedo morir de la vergüenza, y es literal, mi cara arde de la pena que siento y estoy segura que mi cara parece un tomate en este momento. Inuyasha parece igual o más sorprendido que yo, y su mirada descarada me recorre el cuerpo completo sin pudor. Su mirada hace que me estremezca de tan penetrante, mira mi cuerpo semidesnudo como si quisiera grabarlo en su memoria. Todavía sigo shockeada y su mirada no ha dejado de ver mi cuerpo ni para pestañear.

—Kagome, aquí tienes tu ropa—la voz de Yui me saca de mi estado y sin pensarlo agarro la ropa y huyo como toda una cobarde.

Me encierro en el baño y lleno mis pulmones de oxígeno ya que no me había dado cuenta que aguantaba la respiración. Me pongo el vestido color lila que se ajusta a mi cuerpo, queda un poco más arriba de las rodillas y solo rezo en silencio para que mis súplicas sean escuchadas, me hago una trenza de lado dejando mechones rebeldes caer por mi rostro, salgo del baño y para mi desgracia Inuyasha está ahí.

Veo como acaricia la cabeza de Yui mientras ella duerme plácidamente, él al verme salir del baño le besa la cabeza a Yui y me hace señas para que salga de la habitación, trago saliva y lo acompaño.

—Señor... yo...quiero decir... no fue intencional... Yui...y mi ropa—palabras incoherentes salen de mis labios y veo como Inuyasha me mira, su mirada debería de hacerme sentir incómoda, sin embargo, es todo lo contrario, es como si mi cuerpo disfrutara de su mirada en él.

—Kagome—su voz suena ronca, muy ronca, por lo que él tose y vuelve a hablar—Kagome, siento lo que ocurrió en la habitación de Yui, yo no sabía que estabas—veo como su mirada barre mi cuerpo al recordar lo que paso, aclara su garganta y habla—no sabía que estabas semidesnuda, no fue mi intención hacerte sentir incómoda en ningún momento y mucho menos quiero que pienses que soy un pervertido—termina de hablar.

—Bueno, lo que pasó es que Yui me escondió mi ropa... no quiero que vayas a pensar que soy una exhibicionista.

—Tranquila, jamás pensaría eso de ti—suelto un suspiro aliviada.

—Lo mejor es que olvidemos lo que paso—propongo cambiando mi humor.

—No creo que lo pueda olvidar—dice sorprendiéndome por su sinceridad.

—¿Por qué no vas a olvidarlo?—pregunto perturbada.

—Porque tu cuerpo ha sido la obra de arte más hermosa que mis ojos hayan visto—nuestras miradas hacen contacto, y lo veo acercarse a mí—eres hermosa—toca mi mejilla y empieza a acariciarla, su toque es suave y lento y se siente deliciosa ahí—no solo tu cuerpo—habla dando toques por lo que recargo mi mejilla de su mano—toda tú, eres hermosa—cierro los ojos debido a su toque, es tan sub-real, gracias a su suave toque nos acercamos más, siento su respiración golpear mi rostro haciendo que una corriente eléctrica pase por todo mi cuerpo alterando toda mi razón.

Inuyasha

Verla así, tan hermosa, tan especial, tan dulce, tan delicada, tan... ella. Su respiración está irregular como la mía, nuestros rostros cerca el uno del otro, nuestra burbuja, es como si la razón se haya ido de paseo dejando la sed que tengo probar sus tentadores labios, los acaricio y me acerco su rostro para ponerle fin a nuestra distancia.

—Inuyasha—ambos saltamos del susto al escuchar a Miroku llamarme, Kagome se aparta de mi lado la miro y está roja como un tomate.

—¿Qué sucede Miroku?—pregunto de mala manera sorprendiendo a los presentes.

—Solo venía ver por qué tardabas tanto—responde mirando a Kagome—y tú debes de ser Kagome—Kagome baja un poco su bello vestido que deja a la vista sus fabulosas piernas.

—Ehh... si—responde con un hilito de voz por lo que se aclara la garganta—si soy yo, mucho gusto...

—Miroku—agarra su mano y deposita un beso en ella—mejor amigo de Inuyasha—agrega y me guiña un ojo.

—Mucho gusto Miroku—responde ella y ni siquiera me mira.

—Kagome—la voz de la mejor amiga de Kagome, llamada Sango nos hace voltear la vista a su persona.

—Sango—habla Kagome y se sonroja.

—Tenemos que irnos es un poco tarde—le dice su amiga con una mirada acusatoria.

—Claro—responde ella—bueno, buenas noches señor Taisho y Miroku—dice muy tranquila.

—Antes de irse quisiera preguntarle algo—Miroku toma a Kagome de las manos—¿quisiera usted hermosa dama tener un hermoso hijo conmigo?—Kagome lo mira como si estuviera loco y yo reacciono dándole un fuerte golpe en la cabeza.

—Maldito pervertido—sueno enojado, pero la verdad es que estoy enojado.

—Calma Inuyasha, hablando se entiende la gente—responde ese sin vergüenza.

—Pero... ¿por qué me pides eso?—pregunta Kagome mirándolo raro.

—Porque me estoy volviendo viejo y necesito dejar descendientes y que mejor manera que hacerlo con una hermosa dama como lo eres tú—a todos los presentes se nos cae una gotita por la nuca estilo anime.

—Creo que no podré ayudarte con eso—habla ella tomando del brazo a su amiga.

—Creo que es mejor marcharnos Kagome—la amiga de Kagome mira asesinamente a Miroku.

—Pero Sanguito es muy temprano—la nombrada le da una mirada que hasta a mí me dio miedo.

—Primero, NO ME LLAMES SAGUITO—toma un respiro—segundo, ME VOY CUANDO SE ME DA LA GANA, SI DIGO QUE ES TARDE LO ES—para este punto el cobarde de Miroku está detrás de mi escondiéndose.

—Está bien, creo que es mejor que se vayan—dice Miroku detrás de mí.

—¡Nos vamos Kagome!—habla la amiga de Kagome enojada.

—Claro Sango, adiós—y sin esperar respuesta salen de nuestras vistas.

—Ya sal cobarde, ya se marcharon—Miroku mira y luego arregla su postura a la de "con una sonrisa mía caes nena".

—Esa chica está endemoniada—asiento.

—Cobarde—él me mira mal y luego su mirada pasa a una más pícara—¿qué hacían Kagome y tu antes de yo venir?—siento como me estremezco de solo pensarlo.

—Bueno, nosotros—busco la forma de explicarle.

—Señor—la voz de Sara llega hacia mí—esto llego para usted.

—¿Qué es?—pregunto frunciendo el ceño.

—No lo sé—tomo el sobre y lo miro.

Sé ue quieren matarme y darle de comer mi cuerpo a los tiburones por no dejar que se besen, pero pronto habrá recompensa.

#muerte
Si me quieres matar.

#viva
Si me quieren viva

#salvar
Si me quieren salvar.

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Sayonara...