-.-.-.-.-.-Capítulo 38-.-.-.-.-.-.
Me llevé una enorme sorpresa (bueno, no tan enorme. Mi instinto ya me decía que iba a suceder) cuando Daniel llegó sonriente a casa.
En su mano traía un papel y un bolígrafo, y en su rostro una enorme sonrisa.
-¿Qué ocurre?...-pregunté viendo cómo se acercaba.
Él solo se limitó a rodearme por la cintura, depositar un beso en mi frente y entregarme el papel.
Cuando vi la palabra “Adopción” en la hoja supe con certeza lo que había sucedido.
Dejé la hoja de papel en la mesita, suspiré y me lancé a los brazos del rubio violentamente para besarlo y, por consiguiente, llevármelo a la habitación donde…
Bueno, ya está de más decir lo que paso.
Besé el pecho de MI oji azul y reí.
-No puedo creer que lo hayas hecho…-susurré mientras besaba su cuello-…Bueno, no tan pronto…
-Ha…ha pasado una semana…-gimió para luego apegarme a él y apretarme a su organismo-…Oh, sí...Oh, sí, amor…Así, ¡no pares!...Rayos, Amy…Has aprendido mucho de mí…
Dejé de besar su cuello y me reincorporé.
-Eso no es cierto…-protesté-…Ya sabía de estas cosas antes…
Daniel enarcó una ceja y me miró con intriga.
-Yo fui el que te desvirgo…¿Cómo podrías saber de “estas cosas”…-hizo comillas con sus dedos-…antes?
-Los libros, Daniel…-suspiré-…Los libros…
El rubio rió y negó con la cabeza.
Emitió un suspiro y empezó a jugar con mi cabello mientras observaba mi rostro con atención y dibujaba una sonrisa ladeada en sus labios.
-Parece que al fin tendremos una familia completa…-susurró.
Me recosté en su pecho, cerré los ojos y olí el aroma de su piel lentamente.
-Así parece…-sonreí-…Me alegra que hayas tomado esa decisión, mi amor…Sé que Dylan será un buen hijo…
-No lo dudo…-respiró pausadamente-…El problema somos nosotros…
-¿A qué te refieres?
Daniel acarició mi cabello con ternura y lo besó.