-.-.-.-.-.-.-.-Capítulo 4-.-.-.-.-.-.-.-
Me vestí apresuradamente.
¡¡Ya casi eran las ocho!!...Y se supone que David debía estar esperándome en el parque que quedaba exactamente a cuatro calles.
Cuatro calles, que tendría que recorrer a pie, aumentando así los minutos de “viaje”.
Me acomodé "decentemente" el cabello mientras que una chica de cabello castaño, con ojos tristes y apagados me devolvía la mirada desde el espejo.
Tayler no me había hablado desde que desperté.
Supuse que seguiría molesto por haber aceptado la propuesta de Daniel…Y en cierto modo, tenía sus razones.
Pero lo que menos necesitaba en ese momento era que me reprocharan…¡Para eso ya me bastaba con mi conciencia!, ¡esa maldita conciencia bipolar!
Esa fue una de las razones por las que quería ver a David.
¡Quería desahogarme!...¡No!...Necesitaba con cada célula de mi cuerpo desahogarme y recibir todo el cariño posible.
Dejé de observar a la chica de ojos apagados y me dispuse a salir.
Bajé las escaleras rápida y sonoramente recibiendo un que otro regaño por parte de mis vecinos.
Afuera hacía un frío horrible, así que acomode mi chaqueta y la presione contra mi cuerpo en un intento desesperado por sentir calor.
Camine las 4 calles silenciosamente mientras que mi cabeza era un total desastre.
Casi todas las luces de las casas estaban apagadas y solo los discretos faroles iluminaban el vecindario, que si bien de día era acogedor, de noche se volvía mucho más que escalofriante.
Llegué al parque, y efectivamente, allí estaba David sentado en una de las bancas de madera.
Me acerqué sin hacer mucho ruido y me senté a su costado mientras él me ofrecía una amable y tierna sonrisa.
-Hola-susurró.
-Hola.
-¿Te han dicho que te ves preciosa a la luz de la luna?
Una tímida sonrisa se dibujó en mis labios. David siempre había sido bueno conmigo…Incluso su confesión amorosa hacía mí no se interpuso entre nuestra amistad hace años.
-Querías hablar conmigo?-pregunté algo incómoda por su atenta mirada.
-Si-murmuró.
Y antes de que yo pudiera reaccionar o siquiera asimilar lo que pasaba en mi mente, se acercó a mí y…me besó!!.
Al principio pensé que era una de sus bromas, pero al notar la intensidad de su beso y la pasión que mostraba no pude hacer otra cosa que corresponderle.