-.-.-.-.-.-.-Capítulo 23-.-.-.-.-.-.-.-
-Eh! ¡Esperad!-una voz varonil y un tanto familiar se escuchó atrás nuestro.
Daniel apretó aún más mi mano y aceleró el paso con ganas…Por alguna razón estaba…¿enojado?...Sí! ¡Su rostro estaba enfurecido!...Pero…¡¿Por qué?!
Y sí…
¡Oh no! ¡Oh no!
Y sí Daniel estaba involucrado en alguna clase de delito, robo o etcétera…Y el tipo de atrás era su jefe o líder (o yo que sé) que lo estaba buscando para...¡VENGARSE!
Agarré la mano del rubio con más firmeza y, esta vez, fui yo quien empezó a arrastrarlo por las calles.
-Oye…¡Más lento!-se quejó
Pero yo apenas si podía prestar atención a lo que me decía…Mi cuerpo estaba hecho un manojo de nervios nerviosamente nerviosos…
Ya no sé ni lo que digo…
-Amy! ¡Amy! ¡Ya lo hemos perdido! ¡No es necesario que vayas tan rápido!
Detuve mi paso frenéticamente, haciendo que el oji-azul cayera por lo repentino.
Me agaché a su altura y empecé a interrogarlo:
-Trabajas para unos traficantes??-pregunté sin rodeos.
-¡¿Qué?! ¡Claro que no!...¿De dónde rayos has sacado eso?
-Hey! ¡Yo soy quien hace las preguntas aquí!...-Daniel me miró como quien dice: <<Que bicho te ha picado?>>.
Pero poco me importo eso.
-El hombre…Que nos estaba siguiendo…¿Era tu jefe? ¿o uno de tus cómplices?
-Ese tipo no tiene nada de jefe ni de cómplice!!-se levantó lentamente y rodeó mi cintura-…Solo era una persona no deseable.
Asentí la cabeza, no del todo convencida con esa “aclaración”, si es que así se le podía llamar. Cuando de pronto…
-Eh!!!- la misma voz volvió a escucharse.
Daniel dio un respingo y se alejó corriendo, dejándome sola y totalmente indefensa.
Aghj!!!... ¡¡¡Maldito rubio!!!...¡Si me matan, juro que te mataré!...Y sí…¡Eso es técnicamente posible!...Bueno…En caso de que reviva.
