-.-.-.-.-.-.-.-Capítulo 11-.-.-.-.-.-.-.-
¡No puede ser! Siempre me pasan estas cosas a mí ¡¿Por qué tengo tan mala suerte?! ¿Acaso eh hecho algo malo en mi otra vida para que me castiguen así?
-Deja de hacer muecas raras! ¡Asustas!
-Agh! ¡Callate!...¡Todo esto es culpa tuya!-bufé
-Ajam!...Lo que tú digas…
-Daniel eres un caso perdido! ¡Jamás podré hacerte razonar!
-Eres exagerada!...Ahora disfruta del paisaje y relájate!...Es nuestra luna de miel…
-ESTAMOS EN MEDIO DEL DESIERTO! ¡¿CÓMO RAYOS QUIERES QUE ME RELAJE?!
Y sí!...Estábamos rodeados de arena por todos lados…Sin señal para el móvil…Sin provisiones…Sin orientación…Y todo por culpa de ese…ese…¡ese desperdicio humano!
Después de todo…¿A quién se le ocurre que para llegar a Hawái hay que tener que pasar por el desierto de Sechura en Perú?...Solo un ignorante-idiota-imbécil puede creer semejante tontería!!
Resulta que Emma había programado el viaje de “Luna de miel” para 2 días después de anunciármelo… Y bueno…Se lo conté a Daniel y él actuó de lo más natural posible… ¡Como si un viaje pudiera arreglarse en el mismo momento!
Yo, por mi parte, organicé todo cuidadosamente…Desde la hora en la que teníamos que partir hasta el momento en que bajaríamos del avión.
Todo estaba, como quien diría, Fríamente calculado… Pero no!
El muy idiota de Daniel tenía que equivocarse de avión y en lugar de ir a Hawái para pasar una pacífica semana… ¡Nos perdimos en el desierto!
En vez de demorarnos 5 horas en llegar a nuestro relajante destino…Tuvimos que pasar 10 incómodas horas juntos!
Horas en las que el aprovechó para pasarse de atrevido lanzándome cumplidos poco favorecedores y pervertidos, tocarme la pierna, invitarme a ir al “cuarto de atrás”, y muchas otras cosas que no quisiera recordar.
En resumen…¡Este ha sido mi peor día!...Eso sin mencionar…Que casi sufro un ataque cardiaco cuando el avión comenzó a moverse violentamente a causa de la turbulencia.
Y ahora yacemos aquí…En medio de la nada…y en compañías no del todo deseadas.
-¿Qué te parece si hacemos un juego?
Bufé y me crucé de brazos tercamente. Si de algo estaba dispuesta…Era de no hablar con ese tipo por el resto de mis días.
Pero como siempre, me aburrí y no tuve otra opción que entablar una conversación no muy amigable con mi compañero. Además… unos estudiantes de la universidad de Yale han comprobado que si no se habla con ninguna persona u objeto durante un largo periodo de tiempo uno podría volverse loco.