-.-.-.-.-Capítulo 22-.-.-.-.-.-
Daniel me arrastró hasta un callejón lleno de curvas, que por lo visto no tenía final.
Su mano apretaba fuertemente mi muñeca, tanto, que hasta llegaba a dolerme un poco.
-Eh! ¿A dónde vamos?
No obtuve respuesta alguna por parte del rubio, ya que él estaba más concentrado en el camino y el destino al que teníamos que llegar.
Finalmente, nos detuvimos frente a una enorme y vieja pared llena de grafitis. Algunos sectores del muro estaban pintados de blanco y otros, desgarrados por el paso de los años.
El oji-azul hizo que mi espalda chocara firmemente contra la fría pared provocando un gemido de dolor por el violento contacto.
-¡¿Qué mierda hac…?!
No pude completar mi reproche, puesto que una corriente eléctrica vago por mi cuerpo cuando los labios de Daniel comenzaron a dejar un camino de húmedos besos que iban con dirección a mis pechos.
Mis ojos se abrieron como platos por el repentino contacto, pero los volví a cerrar involuntariamente por las sensaciones embriagadoras que me brindaba la traviesa lengua de mi novio.
Sus manos recorrían todo mi cuerpo…Y cuando digo todo…Me refiero a TODO!!
De alguna manera, la mano del rubio había conseguido meterse dentro de mi pantaloneta y torturarme placenteramente mientras frotaba la entrada de mi matriz de manera lujuriosa.
Cogió mi pierna izquierda y la colocó a la altura de su cadera apegando así su miembro con mi intimidad.
Yo no hacía más que gemir y gemir…Pero no de dolor…Sino de deleite…¡Un deleite total!...¡Ese tipo tenía manos mágicas!
-Ddd…da…Daniel…-murmuré-…¡Detente!
-No!-gruñó firmemente-…Tu eres mía…¡MÍA!...¡SOLO MÍA!...¡QUE ESO LE QUEDE MUY CLARO A ROBERTO! ¡YO TE QUIERO SOLO PARA MÍ!
Es impresión mía o…Daniel estaba…¿Marcando su territorio?
¡¿Por qué esto me parece excitante?!...¡Debo estar realmente trastornada para creer eso!
El chico seguía besando cada parte de mi ser, y tocando hasta las partes más íntimas de mi organismo, provocando unos terremotos realmente magistrales.
-Amy…-susurró en mi oído después de morder el lóbulo-…Tú…¿me amas?
Esa pregunta me tomo realmente por sorpresa…¿Qué se supone que le tenía que contestar?...Ya que, supuestamente estaba enojada con él…