13: Por favor, un día normal

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Capítulo Trece: Por favor, un día normal.

Comenzamos todo perfecto, un desayuno entre risas y alegrías, unas que otras miradas entre Young Min y yo, y otras indirectas de mis primos.

Todo parecía tan normal, me hacía recordar esos momentos antes de conocer a Young Min donde todo en mi mente estaba controlado por la música y los dibujos.

Era un comienzo demasiado bueno para mi opinión.

Incluso hasta caminamos juntos hacia la escuela, conversamos de cosas sin sentido y de vez en cuando él chocaba mi mano con la mía para enviarme una linda sensación.

—¡Hey, ya dale la mano! Terminarás hiriéndola tanto roce —reclamó una voz por detrás.

Me giré sonriendo sabiendo que me encontraría con GaYoh, y ahí estaba con su sonrisa y sus ojos que en degradado pasaron de rojo a sus miel comunes.

—¿Qué sucedió? —preguntó Young Min al verla.

—Los demonios puros vinieron a visitarme cuando llegué a casa, fue un bonito reencuentro —recordó divertida. —Vamos o llegaremos tarde.

Se acercó a mí tomándome del brazo para tirarme hacia adelante y de reojo vi como Young Min fruncía el ceño al mirarla.

El día ya se había convertido en raro.

😐😒

Comenzamos las clases tranquilamente, traté de ignorar la mirada de complicidad que tenían mis amigos, y aunque tenía miedo de saber, también tenía curiosidad.

Llegó la hora de reunión de directiva, me levanté tragándome el nudo del pánico escénico.

—Bueno, compañeros —sonreí con tranquilidad. —Hyun Ji me dejó apuntado que esta semana comienzan las preparaciones para nuestro viaje de estudio anual, me gustaría saber sus opiniones sobre qué lugar deberíamos visitar.

Levanté mi mirada hacia mis compañeros lentamente y ninguno de ellos se movió o siquiera respiraba.

Moví mi cara hacia un costado confundida y el profesor Park tampoco se movía.

Busque a Young Min y GaYoh ambos estaban mirándose entre ellos molestos con el ceño fruncido.

Suspiré, cuando miré hacia un costado y en la puerta estaba Kwang Min con una sonrisa satisfecha.

—¿Tú hiciste esto? —pregunté inclinándome en el estrado.

—Dura unos momentos contra los demonios y mucho contra los humanos, lo divertido es que no te afectó, sabía que no lo haría.

—¿Por qué? —pregunté caminando hacia él con un sonrisa.

—Estabas esperándome —contestó caminando hacia mí. —Eso y además de que a los Drawing no le afectan las habilidades de los demonios.

Resoplé hacia un lado. —Genial, ahora soy rara.

—Sigues siendo hermosa —susurró casi a un centímetro de mí.

—Descongela a mis compañeros, necesito seguir "mi día normal".

—No quieres un día normal, acéptalo, quieres saber más, quieres que te diga lo que está pasando allá atrás y quieres conocerme.

—No, te equivocas, yo solo quiero un día normal, por favor.

Sonreí buscando sus ojos. Me levanté en puntas para quitar su capucha y mirarlo.

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