42: Paz

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Capitulo Cuarenta y Dos: Paz.

Mamá me sostuvo conteniendo mi llanto y suavemente me comenzó a mecer tratando de calmarme, no podía detenerme, mi cabeza podría estar hasta rota con todo lo que había vivido o quizás soñado, pero si hubiera sido solo un sueño... Tal vez no lo recordaría todo con tanto detalle.

Tenía miedo... Miedo de que todo fuera falso.

—Tranquila mi bebé... Ya todo terminó —dijo mamá haciendo que mis sollozos se detuvieran.

—¿Qué o-ocurrió? —pregunté entrecortadamente.

Mamá me separó un poco de ella para mirarme a los ojos, acarició mi rostro con dulzura y besó mi frente haciendo que todo se me mostrara en un segundo.

Los ángeles dorados habían bajado por mi llamado, había hecho que mi energía por un momento suspendiera todo para darles tiempo, y nuestro creador había hecho que todo recomenzara, los líderes habían sido destruidos y las legiones de ángeles no parecían importar más.

Los mundos se reconstruyeron con energía pura y todo lo que había sido devastación inminente había solo sido el comienzo y una nueva oportunidad.

—Millones de personas allá afuera, ni siquiera saben lo que ocurrió, debemos guardar el secreto, ¿De acuerdo? —mamá me sonrió.

—Mamá... ¿Qué ocurrió con Young Min y Kwang Min?

—Quizás debas averiguarlo con el tiempo, pequeña ______. Vamos, que se hace tarde para la universidad.

Me levanté aún extrañada y confundida con el hecho de que ahora parecía tener una nueva vida, tenía muchas preguntas, pero quizá en el transcurso del día las descubriría.

Una vez había vuelto a entrar busqué ropa encontrando que todo mi closet había cambiado, de pasar a algo completamente desapercibido eso era extrañamente llamativo, me puse lo más recatado que pude encontrar y bajé encontrándome con Sam y Jesse en la mesa charlando.

—Que hay, primos —los salude con una sonrisa.

—¿Dónde está tu ropa seductora? -preguntó Jesse.

—Guardada, deberíamos ir de compras, creo que cambiaré mi closet.

—Otra vez —exclamó Sam. —No pienso salir de esclavo, consíguete novio, prima.

Muy a mi pesar sonreí con nostalgia a aquello, había tenía un novio, que quizás no amaba como quería y había tenido a mi único a amor a quien jamás llamé novio.

Salí de casa hacia a la universidad, encontrándome de camino a GaYoh y HyunJi, quienes sin darse cuenta me pusieron al día de toda mi vida como universitaria novata, al parecer habíamos postulado por la misma universidad, éramos amigas intimas junto con otras dos chicas más, éramos la sensación de todos los chicos y mis calificaciones habían sido tan sorprendentes que había entrado primera en la carrera que había escogido.

—¡No puedo creer que ya estemos aquí! —gritó HyunJi extasiada.

—Dios, esto es perfecto —concordó GaYoh.

Ambas como dos pequeños animalitos salvajes corrieron dentro de las grandes instalaciones de nuestra universidad, yo a cambio me mantuve mirando la inmensa fachada que podía mostrarse. Extrañaba sentir esa sensación de miedo y estaba constantemente desconfiada en que esta fuera mi verdadera realidad. Sentía que en cualquier momento esto se iba a voltear y nuevamente encontraría a los líderes atacando a todos para absorber sus almas.

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