34: Retratos

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Capítulo Treinta y Cuatro: Retratos.

Encontrar a los 5 chicos de la escuela no fue tan fácil como lo habíamos pensado, primero porque si lo analizábamos yo era la chica más rara de la escuela y eso implicaba cero sociabilidad con los demás, puede que GaYoh los conociera siendo que ella era más sociable que yo, pero para nuestra sorpresa dijo que no los podía encontrar.

-Aquí está HyunJi ¿Cómo se supone hablaremos con ella si está de viaje? -preguntó alzando la carpeta con los rostros dibujados.

-Estamos recién comenzando y ya nos queremos rendir, esto no funcionará.

-Tiene que existir una forma más fácil de hacer aliados, como en las películas, las personas se encuentran solo por casualidad.

-¿No existe alguna habilidad para reconocer personas? O quizás... ¿Alguien que conozcas que sepa de esto y nos pueda ayudar?

-Además del Sr. Lyn, Young Min y Kwang Min, los únicos que conozco que saben sobre lo sobrenatural... -fingió pensarlo y luego se giró a verme. -Son mis padres.

-¿Por qué no lo has mencionado? Podríamos pedirles ayuda.

-No, no creo -negó decepcionada. -Mis padres conocen cosas sobrenaturales, pero... no son del mejor bando que digamos.

-¿Demonios Puros? -pregunté intentando ganar algo.

-Son Arcángeles, _______. Ellos jamás nos ayudarían.

-¿Cómo un demonio puede ser hijo de arcángeles? -pregunté confundida.

Vi como GaYoh comenzó a mirar a la deriva mientras retorcía sus manos en sus dedos.

-¿Recuerdas cuando preguntaste como es que se reclutaban demonios?

-Sí, pero no respondiste.

-Los comandos se encargan de buscar por los lugares ángeles, arcángeles o seres celestiales con habilidades especiales, quizás personas que destaquen y sean importantes... Cuando encuentran a alguien que pueda servir, queman sus alas con fuego negro carbonizando la pureza y convirtiéndolos en demonios... Soy hija de arcángeles, pero cuando Kwang Min me encontró... Él me llevó junto a él.

-Arrebatan las vidas de niños pequeños para reclutarlos a algo tan horrible -comprendí impresionada.

-Puede ser, pero Kwang Min no es tan así, a mí mis padres me habían abandonado, él me rescató de morir sola, Kwang Min me salvó y a pesar de saber que iba a ser un camino difícil el ser un Demonio, pude sobre llevarlo.

-Eres fuerte, GaYoh.

-Gracias.

Asintió pareciendo liberada de una historia que jamás había contado, se volteó a mirarme y al encontrarme pensativa preguntó.

-¿En qué piensas?

-En los gemelos... ¿Cómo es que ellos fueron reclutados y se llegaron a convertir en comandos?

-Sería una historia interesante de escuchar, pero... No creo que sea momento de pensar en ello... Mira allá -me indicó más adelante comenzando a mover las hojas dentro de la carpeta. -Es uno de los que están en los retratos.

Tomé el retrato de entre las manos de GaYoh y de forma impulsiva me levanté para ir tras la persona que buscábamos, lo detuve de golpe poniendo mis dos manos en sus hombros y observé sus ojos.

-¿Qué te ocurre, rarita? -exclamó el chico quitando mis manos de sus hombros de forma brusca. -Raraaaaa -me gritó alejándose.

GaYoh llegó trotando hasta mi lado observándome.

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