36: Reencuentro

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Capítulo Treinta y Seis: Reencuentro.

—¿Qué has estado haciendo? —pregunte a Kwang Min cuando por fin estábamos a solas en mi habitación.

GaYoh dijo que cuidaría de Young Min mientras que este otro dijo que no lo necesitaba, aun así GaYoh me aseguró que lo vigilaría, aproveche aquello para tener un tiempo a solas con el único chico-demonio que hacia volver locas mis hormonas al tenerlo cerca.

—He reunido información, he intentado ralentizar el proceso para darte más tiempo, pero no sé si sirva de algo —dijo observándome con confianza.

—No quiero tiempo, quiero poder confiar en ti —dije con temor.

Kwang Min suspiró y se acercó hasta tomar mis manos.

—Los afluentes tienen gritas —comenzó a decir. —No, no. Mejor... —suspiro nuevamente cerrando los ojos y luego observo todo a su alrededor.

Se levantó tomando varios de mis dibujos pegados en mi pared y luego los agrupó frente a mí.

—¿Ves estos remolinos que parecen abrir el cielo? —asentí. —Aquellos son los afluentes, a través de ellos la energía puede estar estable y continua dentro de nuestros mundos, pero cuando estos se agrietan la energía se fuga y todo puede ser horrible... Actualmente hay 3 afluentes en fuga y en 90 días, o en realidad menos, los afluentes cambiaran su ciclo.

—¿Por qué?

—En cada 90 días los afluentes cambian el ciclo, eso hace que cambien las estaciones del año, pero con las fuga en ellas todo comenzara a fallar, si no detenemos o arreglamos las fugas antes de esos días estas se romperán más...

—Hay que remendar —dije observando los dibujos.

—¿Remendar? ¿Cómo coser con hilo? —preguntó observando los dibujos también.

—Si —me levante tomando los dibujos también encontrando uno con muchos hilos en sus manos, pero hay uno central, aquel hilo... —Este... En todo afluente hay un hilo que genera la estabilidad, cuando estos se cortan los afluentes se agrietan, hay que remendarlos para que pueda funcionar como se debe.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó sorprendido, me encogí de hombros viendo con más detalle el dibujo.

—No lo sé, solo... lo sé —respondí concentrada. —¿Cómo podemos hacer para ir a los afluentes?

—No es tan fácil como ir y coser, ______.

—Lo sé —respondí alzando mis ojos hacia él. —Dolerá, pero hay que hacerlo.

—No dejare que lo hagas sin entrenamiento.

—Entonces tendré que ir a entrenar.

Me voltee para buscar un abrigo y salir de mi habitación, pero antes de que pudiera siquiera abrir la puerta Kwang Min me detuvo presionándome contra la pared.

—No seas imprudente... Te estoy contando esto para crear un plan, no para que te vuelvas loca y comiences a hacer estupideces.

—¡Tú que sabes cómo se siente estar en esta situación, tú que sabes! ¡Estoy desesperada, quiero mi vida normal, quiero que todo acabe de una maldita vez! —grite abrumada con todas las emociones golpeándome, las lágrimas llegaron enseguida arruinando toda mi energía de la semana. —El tiempo sigue pasando Kwang Min y no he logrado hacer nada.

—Te vamos a ayudar, te podemos ayudar.

—¿Cómo? ¿Esperaremos a que los Lideres traspasen el día del cambio de ciclo para que los afluentes rompan todos los hilos y comiencen a tener el poder que quieren? ¿Eso esperaremos? ¿Esperaremos que no podamos hacer nada para simplemente entregar nuestras vidas a unos monstruos?

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