·Capítulo 31 : Continuo·

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<Anastasia>

Bajo con la cara algo hinchada y roja de llorar, la llamada del doctor, mas que pedido fue un regaño por mi falta de compromiso al intento de comer. 

Como le prometí a Fausto y al doctor Lucas, ¡comeré algo hoy! .. si así lo quieren. 

Entro y veo a Fausto que mira con cara de preocupado, los demás guardias de la planta uno almuerzan cerca de las mesas con bancas, están mirando hacia la ventana por no cruzarse con mi mirada, me saludan cordial como siempre y asiento a medias. 

No tengo ganas de fingir que me agrada todo el mundo, ya no estoy de humor para nada. 

Bella! .. ¿por qué esa cara? .. ¡si te vi salir sonriente hace unas horas! - me abre los brazos y yo agradecida corro a enredarme a su cuerpo. 

-¡Tienes olor a comida! .. ¿que se siente comer? - digo con la mirada perdida pero aún en el cuerpo de Fausto. 

-¡Se siente como  si llenara tu alma! .. ¡un placer diferente! .. ¡como si te elevaran al cielo con los dioses! - cuando dice eso suelto una pequeña risa. 

Con que mencione a los dioses, me remonta a esa época de la mitología griega. Y eso por ende me hace pensar en Aris

Me separo y me mira angustiado, me lleva de la mano a mi silla de la barra mientras veo que acerca un plato. 

Empieza la tortura. 

Mi corazón empieza a palpitar anticipándose por exagerado a todo, mis manos tiemblan y siento la boca seca, ni hablar de que se me nubla la vista al ver que sirve lo que sería una sopa espesa. 

Sirve y pone una cuchara sopera a mi derecha, Fausto se sienta a mi lado, espero que tome la cuchara pero sólo me quedo como idiota viendo el plato humeante. 

Ese olor .. se huele agradable pero a la vez siento que me dará arcadas. No puedo pensar con claridad, hace que me maree. 

Me agarro fuerte del borde para no tambalear pero Fausto no me ve hacer avances. 

-Fausto .. ¡no puedo! - digo con histeria, casi a punto de desmayarme.

-¡Bella! .. ni has tomado el cubierto, por favor .. - suplica y lo miro esos ojos cristalizados. 

¡Maldita sea! me hace tomar el cubierto a la fuerza. Lo cierro en mi mano para sentir el frío del metal, pero ese frialdad se desaparece por el calor corporal que transmito en este momento de nervios. 

Sumerjo la cuchara en la sopa roja y espesa pero no la subo por miedo de tirarla al otro lado antes de que llegue a mi boca. 

-¡¡Fausto!! ¡¡¡no puedo!!! - levanto la voz y los empleados de atrás se callan pensando que fueron sus ruidos - .. siento que muero, de verdad, siento que moriré si como esto, es muy consistente. 

Fausto agarro un paño de su bolsillo y limpia las pequeñas gotas de sudor frío que caen de mi frente. Con la boca ligeramente abierta respiro, exhalo e inhalo queriendo parar este temor a la comida pero no puedo, no puedo hacerlo .. quiero pero no puedo. 

-Bella .. ¿quieres que lo haga por ti? - ¡ni loca! 

-¡No! .. no quiero comer, no me pasa .. - muevo la cabeza de un lado a otro para negar a comer,  Fausto suspira resignado. 

-¿Sólo un bocado? y si no te sientes bien después de esa lo dejamos, ¿que te parece? - propone y lo miro de costado dudosa. 

Fausto esta siendo muy persuasivo para que ingiera algo de eso, los demás empleados de atrás se levantan para dejar los platos en el fregadero de atrás y se retiran mirando como si fuera algo novedoso en este apartamento.

·Forbidden Love·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora