New York, Manhattan

Inesperada visita.

Han pasado ya cinco días, es miércoles y aun no he vuelto a clases.

Todos estos días e hecho la misma rutina de siempre; ir al hospital, ver a Jayden, comer allí, quedarme hasta tarde hasta poder volver a verlo y que Robert, mi padre, venga y me lleve de vuelta a casa aunque yo no quiera.

Ahora mismo me encuentro con Ashton desayunando tranquilamente, a las 7:45 de la mañana, como habitualmente ha sido estos días.

Me alegra que me haya estado apoyando en estos días, y, siendo sincera, es con el único que he hablado.

Emma ha intentado contactar conmigo, pero no quise atender sus insistentes llamadas ni contestar sus constantes mensajes. Inclusive a ido a ver a Jayden, cosa que agradezco, pero cada vez que ella entraba a la habitación yo me iba sin ni si quiera poder mirarla.

Alex también lo intento pero, al igual que Emma, fracasó. No quería hablar con nadie, solo quería que Jayden despertara y ya tenía más que suficiente compartir escasas palabras con Ashton.

Ni si quiera comería si no fuera por que Ashton me obliga hacerlo.

Me siento culpable de lo que le ha pasado. ¿Y si por discutir no se concentro y por eso choco? ¿Y si estaba planeando una disculpa o cualquier cosa y por eso choco?

Tantos "y si..." llegan a mi mente y todos llegan al mismo resultado: mi culpa.

—No te sientas culpable Aria. —la voz de Ashton provoca que salga de mis pensamientos para después mirarlo.

— Sabes que la noche anterior Jayden y yo... —mi voz se va en solo recordar esa maldita discusión.

— Losé. —dice firme. — Pero nada de lo que ha sucedido es tu culpa Aria. Cuando despierte te contara que fue lo que sucedió y cómo. —habla en un tono tranquilo y suave. Como si en un tono un poco más grave pudiera alterarme o romperme definitivamente.

Asiento sin más que decir. En fin... ¿Que podría decir? Sé que de cierta forma intenta darme ánimos pero todo lo que dice, aunque quiera hacerle caso, no entra en mi sistema. Mi sistema solo me dice una y otra vez que la culpa es mía y me estoy volviendo loca.

Le doy un último sorbo al cappuccino que Ashton trajo para mí y me levanto de la silla para, poco después, irme hacia la salida del local.

Miro a la calle, como varias personas van con prisa a sus respectivos trabajos, como otras hace ejercicio con auriculares puestos, concentrándose en solo dar otro paso más. Como hay parejas cogidas de la mano y con verdaderas sonrisas.

Suspiro. No tardo en irme al filo de la calle y llamar un taxi. Me subo cuando logro parar uno y le digo la dirección del hospital.

Nada mas llegar, pago y bajo casi corriendo hacia la entrada del hospital. Subo las escaleras hasta llegar al segundo piso y, tras salir un leve suspiro de mis labios, abro la puerta.

Un par de ojos verdes me miran, mientras yo, me he quedado estática en mi lugar. Mi mano aun sigue en el pomo de la habitación y una duda viene a mi cabeza al verlo sentado junto a Jayden.

— ¿Que haces aquí? —logro pronunciar después de unos segundos, o quizás incluso minutos, en silencio.

Carraspea un poco para limpiar su voz, supongo, o para quitar la tensión que se formo en el lugar.

—Vine a ver a Jay. Es mi amigo aunque no lo creas y le debo mucho. —dice en un tono tranquilo.

—No quiero verte aquí. —escupo las palabras con odio.

Suspira y clava la mirada en Jayden unos instantes antes de volver a mirarme a mi.

Se levanta del sillón que esta junto a la camilla de Jayden y queda frente a mí, a tan solo un metro de distancia.

— Se que me odias Aria, pero todo lo que ocurrió hace dos años no fue mi culpa. Ni si quiera...

— ¿¡Que no fue tu culpa Liam!? —espeto echa una furia. Interrumpiendo lo que iba a decir. —¡Oh como te reíste cuando ellos te dijeron, para luego yo salir de allí y encontrarme un maldito vídeo y a todos los del instituto riéndose de mi e incluso algunos mirándome con pena! —exclamo. — ¿¡Y dices que no es tu culpa!? — río sin una pizca de gracia.

— ¡Quiero explicarte lo que realmente sucedió pero no me dejas! — espeta de la misma manera.

— ¿Escucharte? ¿Quieres que escuche una mentira mas salir de tus labios? Y aunque fuera cierto, ¿Crees que te creería después de todo lo sucedido? —pregunto y noto como mis ojos empiezan a picar.

— Lo siento Aria. De verdad lo siento y espero que algún día puedas darme la oportunidad de explicarme. —sin mas que decir se acerca y posa sus labios en mi frente. No pude quejarme, no pude reprimirle o si quiera empujarle ya que, tan rápido como fue el beso, tan rápido fue que se esfumo de la habitación.

Es un poco corto pero prometo recompensar lo.

Espero os este gustando, dejar vuestro comentario y estoy abierta a sugerencias.

Os saludeoo ; )

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