New York, Manhattan

Parque de diversiones

Por fin era viernes y las clases ya han terminado.

Desde el lunes a la tarde no he vuelto hablar con James, bueno, si, pero más cortante.

— ¡Lisa! -grito al verla en el estacionamiento junto a Tom y Lucas.

— ¡Aria! —grita de vuelta y nos fundimos en un abrazo.

Al separarnos abrazo a Lucas y después a Tom.

—Es genial que halláis podido venir. —digo tras separarme de Tom.

—Pues claro que es genial. Eres afortunada de tener como mejor amigo a un chico tan ardiente, sexi y guapo. —presume Tom.

—Se dio un golpe al entrar en el avión, déjalo. —dice Lucas y estallamos en risas.

—También se cayó al nacer. —habla Lisa y Tom se cruza de brazos.

—No te lo tomes a mal. En el fondo te queremos. —lo abrazo por la cintura y este sonríe.

—Yo también me quiero. —alzo una ceja y me separo de él.

-Ahora si que no te quiero. Por egocéntrico. -me cruzo de brazos y me dirijo a mi moto.

—Escucha Aria, vamos a ir al parque de diversiones. ¿Te apuntas? —pregunta Lisa.

—Claro. Si queréis llamo también a los chicos. —Lisa sonríe pero es más bien una sonrisa forzada.

—Tenia pensado que fuera como en los viejos tiempos. Ya sabes, solo nosotros, si no te importa. —la miro.

Tiene razón, desde que me mudé aquí perdí bastante contacto con los chicos y hasta cuando han estado aquí les he prestado más atención a los chicos.

—Claro, será genial revivir lo de meses atrás. —sonríe y esta hace igual, esta vez una de verdad.

— ¡Genial! A las 5 pasamos por ti. —me da un corto abrazo y se va junto a Lucas.

—Me alegro que estés bien. —me sonríe Tom.

—Yo también. Es genial que halláis podido venir tú y Lucas. —le doy un corto abrazo y me subo a mi moto.

—Nos vemos a la tarde. —empieza a caminar pero lo detengo.

— ¡Tom, espera! —se da la vuelta y me mira. —Prefiero ir en mi moto al parque de diversiones. —este asiente.

—Iré contigo te guste o no, pequeña demonio. —me sonríe y se va.

Niego con la cabeza, me coloco el casco y salgo disparada del estacionamiento, cruzandome con los chicos.

La cara de Jay fue épica. Me hubiera gustado hacerle una foto y subirla en todas las redes sociales.

Al llegar al apartamento tiro las llaves en el mueble que hay nada más entrar, tiro el bolso al sofá y me dirijo a la cocina. Me preparo un delicioso sándwich junto a un zumo de naranja y me coloco en la barra a comerlo tranquilamente.

Tras terminar, hago la tarea y me doy una ducha rápida al ver que eran las cuatro de la tarde ya.

Al salir, opto por llevar unas mayas negras junto a una camiseta granate de manga larga y mis Adidas. Me coloco un suéter color granate encima y dejo mi cabello suelto. Agarro celular, llaves, un bolso y algo de dinero para luego dejarle una nota a Jay y salir del apartamento.

Al bajar, nada más salir me choco con James.

—Lo siento, llevo prisa. —me disculpo.

—Venia a verte. ¿Tienes un momento? —pregunta.