Donde Harry tiene un hijo llamado Luka, y un esposo llamado Louis. A su hijo no le agrada la pareja de su papá, mucho menos cuando se entera de que está embarazado.
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Luka odiaba los lunes.
Esa mañana se tuvo que levantar más temprano de lo normal, pues Harry no lo llevaría a la escuela, ya que estaba castigado; y eso implicaba tener que tomar el autobús. Arregló su mochila con las materias que iba a tener en el día; historia, álgebra, ciencias y física. Por lo menos le gustaban.
A las siete en punto, ya estaba listo y ya había tomado un desayuno ligero, simple bowl con cereal y un vaso de jugo de naranja. Harry lo observaba moverse tranquilo, y se despidió de su papá sin mucho alboroto, tomó las llaves de su casa y se dispuso a salir hacia la parada de autobuses.
Hacía mucho frío, tuvo que ajustarse el hoodie y la chaqueta un par de veces para protegerse del aire helado que decidió azotar la ciudad ese día. Lo único que lo animaba a ir a clases, era que las vacaciones de invierno ya estaban cerca.
Subió al autobús y buscó un asiento a mediación de línea, no estaba muy lleno, pero tendría que compartir asiento con alguien. Felicia estaba ahí.
La chica llevaba el cabello largo suelto, sus mechones naturales; rojizos y anaranjados reflejaban la poca luz que el sol daba. Luka sonrió ladinamente al verla y tomó asiento a su lado. Ella amablemente movió su mochila para que él pudiera sentirse más cómodo.
— Hola — le saludó Luka y Felicia sonrió.
— ¿Cómo estás?
— Eh... congelándome.
— También yo — dijo. — Quiero cargar con la calefacción a todos lados.
Luka agachó la mirada al mismo tiempo que Felicia. Observó que la chica llevaba unos brazaletes de Wheatus, y sonrió. Era una de sus bandas favoritas.
— Que lindos — mencionó y Felicia escondió su rostro sonrojado detrás de las mangas de su suéter de lana. — ¿Eres una adolescente de porquería?
La chica negó con la cabeza ante su pésimo chiste y Luka se mordió el labio inferior.
— Toma.
Se desabrocho el que tenía letras azules y se lo tendió a Luka.
— Tú serás el adolescente de porquería, entonces.
— ¿Gracias?
Felicia se quizo reír pero apretó los labios. Luka iba a decir algo más pero la chica se puso de pie y salió hacia el pasillo.