Capítulo Extra: Archie.

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Su piel cálida natural era una de las principales características de su persona, pero tampoco había que dejar de lado su cabello con destellos ligeramente oscuros pero del color del oro, lo llevaba hasta los hombros pero solía hacerse un moño y de...

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Su piel cálida natural era una de las principales características de su persona, pero tampoco había que dejar de lado su cabello con destellos ligeramente oscuros pero del color del oro, lo llevaba hasta los hombros pero solía hacerse un moño y dejar que algunos le cayeran por la frente despistadamente, sus ojos se tornaban verdosos ante la luz y eran protegidos por un par de anteojos redondos que le permitían distinguir mejor todo a su alrededor.

A veces se preguntaba si su hermana gemela se parecería mucho a él o si solo tendrían rasgos similares. Le hubiera gusta bastante conocerla y estaba seguro de que ella lo cuidaba siempre.

El clima lluvioso de octubre solía agradarle bastante, hasta esa tarde que papá Louis no pudo ir por él al instituto y tuvo que regresar en el autobús escolar hasta la residencia. Su suéter de lana terminó empapado al igual que la camisa del uniforme y los pantalones de vestir solamente estaban un tanto salpicados.

Los anteojos también estaban llenos de diminutas y molestas gotas de agua que no le permitían si quiera ver con claridad. Entonces llegó a casa mal humorado.
Cuando cerró la puerta con evidente furia, Harry se apareció en el salón principal y lo miró con un signo de interrogación pegado literalmente a la expresión de su rostro.

— Oh, perdón — se disculpó y entonces Louis también se acercó.

— ¿Todo bien, Archie? — preguntó con sus ojos verdes examinándolo y luego el chico asintió levemente suspirando.

— Creo que la lluvia me puso de malas.

Harry se acercó para regalarle un beso en la mejilla y luego Louis lo incitó para que se acercara al comedor pero Archie negó.

— ¿Pasa algo? — se interesó Louis y Archie negó. — ¿De verdad?

— Papá no tengo hambre y ya está. Debo subir a hacer los deberes.

Louis y Harry compartieron miradas fugaces y vieron a Archie subir las escaleras. Así era él la mayoría de las veces; reservado, se la pasaba dentro de su burbuja y no le gustaba socializar mucho. Pero no era un problema grave que necesitara la atención de un psicólogo; sino que simple y sencillamente así era su personalidad, y sus padres no podían hacer nada más que aceptarlo.

Archie era extremadamente dedicado a la escuela, tenía las mejores notas del Instituto entero y entraría sin problema alguno a Oxford como su hermano mayor. Los dos o tres amigos que tenía, lo hacían muy feliz y les tenía bastante confianza. Y no porque Archie fuera bueno en sus estudios significaba que no tenía ni idea de lo que había en el mundo exterior o que estuviera sobre-protegido, de hecho era todo lo contrario.
Pero desde niño había sido así.

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