Capítulo 10.

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— Papá

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— Papá...

Luka movió a Harry por segunda vez y éste parecía estar profundamente dormido. Suspiró y se levantó para cambiarse de ropa. Volvió a ponerse los jeans negros y la chaqueta verde soldado, ésta se vez se colocó unas botas tipo constructor de Levi's, porque cuando se asomó por la ventana, se dio cuenta de que ya había comenzado a nevar.

Oficialmente el invierno había llegado.

Harry dio otra vuelta en la cama y Luka le estiró el brazo.

— Ya papi, despierta.

Le tiró la almohada y Harry le devolvió el golpe con otra de las que estaban acomodadas en la cama.

— Faltan diez minutos para las seis, ¿a qué hora iremos al centro comercial?

Su papá se puso de pie y se mareó al haberse levantado rápido. Tomó sus zapatos y se los puso, eran unas botas de Saint Laurent.
Luka nunca iba a confesarle que las usaba a escondidas, en los días que realmente no sabía qué llevar puesto al instituto.

— A las seis — dijo apresurado. — Louis me va a matar.

Siguió a Harry al baño, lo observó lavarse el rostro y continuó detrás de él hacia el living, luego cuando salieron hacia la cochera, Luka le pisaba los talones.

— Luka, no eres un pollito, ni yo una gallina. Así que deja de seguirme así.

Aunque lo quizo ocultar, el chico se carcajeó en voz alta en su lugar, después entró al coche de Harry y se ajustó el cinturón.

— Lo siento, supongo que es una mala costumbre.

Su papá asintió y cuando ya se encontraban en la avenida principal, Luka le subió el volumen a la radio y eso hizo que Harry se perdiera en sus pensamientos.

Decir que estaba intranquilo por la presencia cercana de Luciana era poco. De pronto se le olvidaba, pues no estaba acostumbrado a saber de ella y sólo esperaba que lo que le había dicho horas atrás fuera suficiente para ponerle en claro las cosas.

Luka era suyo, por más posesivo que eso sonara. Ella no tenía ningún derecho de venir a reclamarlo luego de tanto tiempo, y tampoco de pretender que las cosas eran tan sencillas.

Por lo pronto se aseguraría de andar aún más pendiente de su hijo, no quería verlo solo por las calles, no para que se encontrase con Luciana.

— ¿Ya pensaste que te gustaría que fuera tu regalo de Navidad? — preguntó Harry y Luka asintió.

— Necesito un nuevo celular, y he visto el nuevo iPhone, es muy bonito.

— Vale — contestó. — Pero necesito que lo cuides mucho, ¿dónde dices que dejaste el otro?

Luka se rascó la nuca.

— Lo olvidé en la práctica de gimnasia en la escuela, en una banca. Cuando regresé, ya no estaba ahí.

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