Capítulo 22.

28K 3.2K 3.7K
                                    

Despertó por los murmullos que pudo escuchar a pesar de no estar del todo en sus cinco sentidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despertó por los murmullos que pudo escuchar a pesar de no estar del todo en sus cinco sentidos. Sentía una sensación de pesadez en los ojos y era como si algo muy molesto estuviera presionando su cabeza. Todo estaba borroso al abrir los ojos y lo primero que pudo distinguir fue a Luciana sentada frente a él y a un hombre detrás de ella.

Luciana no estaba mirándolo, parecía estar concentrada escribiendo algo en su móvil y el hombre calvo detrás de ella, fumaba un cigarrillo mientras miraba hacia un gran ventanal. Aprovechó para dar un vistazo a su alrededor, el salón donde se encontraba era enorme; las paredes estaban pintadas de blanco y había pocos muebles, solamente tres sillones, una mesa que tenía una sola silla y una enorme vitrina cuyo contenido no podía verse desde afuera. Olía a tabaco y a un limpiador de pisos demasiado fuerte.

Recorrió la habitación entera con sus ojos cansados y al subir la vista, el hombre calvo lo estaba mirando con una expresión seria.

— Ya despertó el bastardo — su voz era rasposa y parecía estar enfadado. — ¿Dormiste bien, niñito?

Parpadeó confundido y buscó una respuesta en los ojos de Luciana. Ella seguía entretenida en su teléfono celular hasta que decidió ponerlo a un lado y concentrarse en Luka.

— Luka, él es Festim, mi pareja.

El hombre calvo sonrió maliciosamente y Luka pudo ver sus dientes de metal. Sintió náuseas de solo verlo. Además tenía un tatuaje de una serpiente recorriendo desde su cuello hasta la parte trasera de su cabeza. Parecía no ser mayor que Luciana.

— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó y su voz sonó desgastada. — ¿Desde cuándo llegamos?

Luciana se puso de pie y con una risa burlona se acercó a su rostro. Luka quiso moverse, pero sus manos estaban atadas detrás de su espalda con una soga demasiado apretada.

— ¡Margot! — gritó Festim y Luka volteó a la puerta para ver de quién se trataba.

Una jovencita rubia llegó corriendo y sus expresiones tristes le rompieron el corazón a Luka. Estaba en un mal estado, tenía la cara llena de hollín, su cabello lucía sucio y maltratado. Llevaba puestos unos pantalones holgados y una blusa tal vez tres tallas más grandes que la originalmente suya. Iba descalza y entonces se escondió detrás de la pared en cuando vio a Luka sentado. Éste le calculó unos doce años.

— No seas tímida, Margot — murmuró Luciana. — Ven a conocer a tu hermano.

Luka se quedó boquiabierto y su pulso comenzó a acelerarse. Pronto se sintió más mareado y sus mejillas ardieron cuando sus lágrimas comenzaron a caer sobre las mismas.

LUKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora