Capítulo 25.

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Luka despertó esa mañana de sábado con dolor de cuello

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Luka despertó esa mañana de sábado con dolor de cuello. Tuvo que compartir su cama con Margot, pero decidió que esa noche sería mejor mudarse al sillón; así por lo menos podría estirarse con más libertad y evitaría tener los músculos contraídos como en ese momento.

Se lavó el rostro y caminó descalzo hasta la cocina, Louis estaba sentado mientras Harry preparaba el desayuno; Luka tomó la silla que se encontraba a un costado de Louis y se sentó en ella.

— Oye — llamó a Louis. — ¿Te encuentras bien?

Tuvo que preguntar al verlo recostado sobre la mesa. Louis asintió en cuanto se enderezó y luego hizo una mueca.

— Tengo solo un pequeño malestar — señaló su vientre y luego su espalda. — Estaré bien.

— A mí me duele el cuello — dijo. — Ésta noche dormiré en el sofá, en serio.

Harry les sirvió el desayuno y mientras él se preparaba una taza de café, Margot entró a la cocina con la cara adormilada y el cabello hecho un desastre.

— Lo siento — murmuró en voz baja. — ¿Me he despertado demasiado tarde?

— No — contestó Harry y se acercó a ella. — Es una buena hora, nena.

La cargó y la sentó en el otro lado de Louis; a su derecha. Le sirvió el desayuno y luego Harry tomó asiento frente a su esposo.

— ¿Dormiste bien, Margot? — le preguntó Louis acariciando su mano delicadamente y ella se talló los ojos con la otra.

— Sí, gracias.

— Oh, un segundo — Harry se puso de pie y los tres lo vieron caminar hasta el baño.

Regresó segundos después con una goma en las manos. Ató el cabello de Margot en una graciosa coleta que hacía que sus rizos se salieran por todos lados. La niña rió y observó a Harry volverse a sentar.

— ¿Ya está todo listo para hoy? — cuestionó Harry a Louis.

— Sí — se llevo un bocado a la boca y ayudo a Margot a cortar un trozo de pancake. — Fizzy me ha citado a las seis de la tarde.

— ¿Para qué? — se interesó Luka.

— Me harán un... ¿baby shower? — dudó y Harry asintió aprobando lo que había dicho.

Luka abrió los ojos y llenó su boca con la comida.

— ¿Puedo faltar? — preguntó rápidamente y Louis lo miró. — No es que no me guste, pero tengo una cita con Nico.

— Ya son muy cercanos, ¿eh? — intervino Harry.

Luka se puso rojo y agachó la mirada rápidamente. Harry solía avergonzarlo siempre con las citas que había tenido.

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