Capítulo 28.

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Dos meses después

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Dos meses después.

Archie era un pequeño muy tranquilo; lloraba solamente cuando tenía hambre y cuando necesitaba que lo cambiaran. Iba a revisiones médicas cada dos semanas después de haber salido del hospital y en las noches, antes de dormirse en los brazos de alguno de sus papás, debía utilizar un aparato que lo ayudaba a respirar y tomaba algún medicamento que lo hacía hacer muecas.

En casa lo cuidaban bastante; papá Louis y papá Harry estaban siempre al pendiente de él; al igual que su hermano mayor, Luka.

Esa mañana de abril, mientras tomaban el desayuno en la mesa del comedor; Luka revisaba sus apuntes de biología ya que debía presentar un proyecto sobre la contaminación y el medio ambiente; o algo así habían escuchado sus padres.
Harry terminaba de tomar su taza de café cuando Louis entró con Archie en sus brazos.

— Buenos días, chicos — saludó Louis y Luka se puso de pie en cuanto lo vio entrar.

— Hola — murmuró y cargó a Archie.

Tomó asiento y acomodó a su pequeño hermano en sus piernas, Louis besó ligeramente los labios de Harry y luego buscó algo para desayunar.

Luka se entretenía bastante besando la naricita de Archie y luego tomaba una de sus manos para que el niño apretara sus dedos.

— Chiquitito — sonrió mientras lo veía y volvió a besarle la frente. — Te quiero de aquí al infinito, bonito.

Harry quería tomar muchas fotografías de ese momento; así que cuando Luka comenzó a hacer ruidos sobre la pancita de Archie, aprovechó para agarrar su teléfono móvil y discretamente les sacó algunas fotografías a sus hijos. Louis sonreía mientras comía de su plato lleno de cereal y luego chocó su cadera con la de Harry un poco impresionado con lo que estaba pasado; aunque ya comenzaba a acostumbrarse a Luka queriendo estar siempre cerca de Archie.

— Ya tengo que irme, Archie — le dijo. — Deséame suerte que hoy tengo que dar una clase sobre el medio ambiente y la estúpida profesora me ha obligado a vestir formal. Oh por Dios, no debería estar diciendo esas palabrotas frente a mi hermanito, lo siento chiquitín; pero es que odio las corbatas y los pantalones de vestir.

El comedor se inundó con la aguda risa del bebé ante las muecas que Luka se empeñaba en hacer solo para hacerlo reír, además de que probablemente los besos que le repartía en las pequeñas manos le provocaban cosquillas. Harry y Louis sonrieron porque la risa de Archie era tan adorable que cualquiera se derretiría al escucharla; estaba llena de inocencia, pura y joven.

Luka se puso de pie y se acercó a Harry, le pasó a Archie y luego de tomar su mochila y el almuerzo para la escuela; Harry le dio algunas cuantas libras y tuvo que prometerle a su persona, que no gastaría ese dinero en cualquier tontería; lo ahorraría para comprarle un regalo a Nico porque pronto sería su cumpleaños.

LUKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora