Donde Harry tiene un hijo llamado Luka, y un esposo llamado Louis. A su hijo no le agrada la pareja de su papá, mucho menos cuando se entera de que está embarazado.
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Luka podía asegurar que verdaderamente estaba enamorado de su trabajo y de la vida que estaba comenzando a lado de Nico; su prometido. Luego de que los dos decidieran irse a Burundi, África para trabajar asociados con una institución que se encargaba de ayudar a las personas más pobres de la comunidad; o sea, la mayoría de ellas.
Nico se encargaba de brindar atención médica a los adultos mayores, niños y a unas cuantas de las mujeres que contraían infecciones o simplemente tenían las defensas bajas, al igual que a los obreros o los hombres que se encargaban de cuidar la comunidad. Luka estaba encargado de preservar el bienestar ecológico del lugar, al igual que de proponer proyectos y campañas para mejorar el entorno en el que su objetivo principal era que los niños tuviesen la oportunidad de vivir una mejor vida.
A Burundi viajaban cada tres meses, regresaban a Londres y a Irlanda respectivamente para ver a sus respectivas familias y después se volvían a reunir para regresar a África.
Se casaron en vísperas de año nuevo, antes de que Luka cumpliese veintiocho años; fue una ceremonia tranquila y privada en un salón de la capital de Inglaterra. Estuvieron invitados los padres de ambos, por supuesto, el resto de la familia y unos cuantos amigos de los dos; Calum y Marcus que seguían solteros para la fecha. También estuvo presente Elliot y Felicia, que fueron invitados por el propio Luka luego de decidir que los tres eran lo suficientemente maduros como para olvidar los errores cometidos en el pasado y para saber perdonar.
Elliot se había casado también; tenía un pequeño varón llamado Bailey.
Felicia estaba comprometida con un escocés de nombre Bryan; en ese tiempo estaba embarazada de apenas tres meses.
Todos había crecido bastante, lo cual los hacía sentirse nostálgicos al ver como eran ellos; los propios adolescentes que algún día fueron rebeldes, ahora debían hacerse cargo de sus vidas y de las de sus pequeños.
Ivan y Rosie, desafortunadamente no habían congeniado del todo bien cuando la pequeña Alessia había nacido finalmente no contrajeron matrimonio pero Ivan no desistió en criar a su hija, aunque Luka realmente esperaba que Rosie y él volvieran a reunir sus vidas; hacían una pareja verdaderamente bonita.
Luego de tres años de estar en el voluntariado en África: Luka y Nico decidieron que era tiempo de regresar a casa y no salir de ahí en un largo tiempo. Pero, no sin antes llevarse el mejor regalo que África pudo haberles dado: la pequeña Harper.
Nacida en un seno familiar nada favorable pues sus progenitores no se hicieron cargo de ella y la abandonaron con una viejecita que apenas y podía ver por sus propias necesidades; luego de que la mujer muriera, Harper a sus escasos cinco años quedó desamparad. Hasta que Luka y Nico decidieron adoptarla. Era una hermosa niña de cabello rizado y piel color chocolate, con los ojos cafés más intensos que Luka jamás había visto; y sus padres le hacían saber a diario lo mucho que la amaban.
