{ 33 }
El padre de Justin resulto ayudarnos en todo. Al igual que su madre y Jeryl quienes han estado ahí para Justin como también para mi. Son muy buenas personas y estoy agradecida con Dios de habérmelos puesto en el camino.
- ______, ¿cómo va todo?
Jeryl me gritó detrás de las cortinas de la tienda.
Se preguntarán, ¿por qué estoy aquí? Me voy a casar en dos meses y medio y estamos haciendo las compras de la boda y estoy muy emocionada.
Hace tres semanas ha sucedido lo de mis padres y en ese mismo día, Justin y yo nos comprometimos. Estábamos muy felices y se qué esto, o por lo menos esperamos que nos salga como queremos.
- No estoy conforme.
Le gritó a mi mejor amiga y ella bufa, saca las cortinas y me mira.
- Nena, me gusta como te queda pero si no te gusta, pues vemos otro.
Me dice Jeryl, yo asiento levemente.
Habíamos estado toda la mañana viendo todos los trajes de esta cara tienda que, los trajes son limitados y muy bonitos.
- ¿Necesitan ayuda por aquí?
Una empleada, creo que era la gerente del lugar, llego hacia nosotras.
Le sonreí.
- Como verá, estamos buscando un traje pero, mi mejor amiga aquí presente, no sabe cual elegir.
Jeryl habla y la chica sonríe.
- Ahora que te veo, me acuerdo qué ha llegado una mercancía nueva y aún no está por estrenar en más de tres meses, así que, ¿quieres ver lo que hay?
La chica me dice y yo sonrió. Jeryl da pequeños saltos de alegría y me sonrojo nerviosa.
- Claro, eso sería genial.
Jeryl dice y la chica nos da señas para que la sigamos. Nos llevo a unos bastidores privados y allí, nos enseño unos tres trajes preciosos.
El primero tenía una cola larga y abonbachada, un hombro descubierto.
El segundo era corto, sencillo y mallas en el pecho.
El tercero me encanto: Tenía los hombros descubiertos, la cintura se me notaba más y la cola era ni muy larga pero tampoco muy corta.
- Esté, te quedaría a la perfección.
Jeryl me dice señalando el tercero. Yo sonrió y ella me abraza.
- Pruebeselo, en confianza.
Me dice la chica, le sonrió y cojo el traje con cuidado de no dañarlo y me meto en el vestidor.
Diez minutos después de estar viendo como me quedaba el vestido, fascinada salgo y Jeryl me mira.
- ¡Mi bebé, voy a llorar!
Me dice y se le salen unas lágrimas.
- No llores que lloraré yo.
Le digo y ella sonríe.
- Estas preciosa y ese traje te queda perfecto, bebé.
Me dice inspeccionandome y secando sus lágrimas caídas.
- Gracias bebé, gracias por estar siempre conmigo.
Le digo y la envuelvo en mis brazos en un cálido abrazo. Ella sonríe.
- Señorita, lo compramos, definidamente lo compramos.
Jeryl le dice a la chica y ella sonríe.
Cuando me quitó el vestido, la chica de lo lleva y lo alista para llevarlo.
Jeryl se quedaría con todas las cosas en su departamento, para que todo sea sorpresa. Justin me esperaría en diez minutos en el café shop que está en la esquina.
- Gracias Jeryl, te veo más tarde o mañana.
Le doy un beso en la mejilla a Jeryl, ella sonríe.
- Cuídate y mándale saludos a Justin.
Me dice y yo sonrió asintiendo.
Camine a través de las aceras llenas de personas caminando en todas las direcciones.
Después de unos minutos, visualice el café shop. Crucé y entré.
El cálido olor de el café y donas recién ordenadas entró por mis fosas nasales. Habían bastantes personas pero el lugar era grande y estaba bien decorado todo.
Alcé mis pies para poder ver a Justin quién se encontraba en las mesas del fondo. Sonreí sintiendo mis mejillas sonrojadas.
- Hola, cariño.
Le susurre en el oído. Esté sonrió y alzó su mirada para verme mejor.
- Preciosa, ¿cómo estas?
Me dice y beso mis labios. Me senté a su lado.
- Todo bien, ¿y tu?
Le digo y el sonríe.
- Todo bien. Buenas noticias.
Me dice dándome otro beso en los labios.
- ¿Buenas noticias? ¿Qué?
Le digo emocionada y el sonreí enseñando su blanca dentadura.
- Mira estos papeles.
Me dice sacando unos papeles, eran tres.
Los repaso uno a uno y mi dentadura cae, literalmente.
Eran los certificados legales de la nueva residencia que Justin había comprado para nosotros, cuando nos casáramos.
Me emocioné y lágrimas cayeron de felicidad. Todo estaba marchando como lo habíamos esperado.
Cuando giré mi cabeza, Justin me esperaba con los brazos abiertos. Puse mi cabeza en su pecho y lo abrace, luego beso mis labios.
- Eres el mejor.
Le digo, el se ríe suavemente.
- No, tú lo eres, cariño.
Me dice besando mis labios.