Errores

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El pelirrojo con aires de melancolía regreso a Japón e instantáneamente logro alcanzar el estatus de un bombero respetado en la comunidad japonesa sin embargo aun teniendo todo lo que había querido en la vida y sus sueños parecían hacerse realidad, algo le faltaba en su solitaria y triste existencia ¡No era feliz por más que luchara por sonreír! Los días pasaban rápido en una rutina aburrida, se sentía tan patético como si le arrancaran una parte de sí mismo para aplastarla contra el concreto y actuaba igual a un muerto viviente simplemente procediendo por inercia, daba la impresión de estar representando un papel en una retorcida obra inconclusa.

Se daba cuenta no podía vivir sin cierto jugador fantasma, sin este ser cerca suyo las cosas carecían de sentido y su subsistencia iba de mal en peor.

Kuroko ya no estaba a su lado ¿Por qué le afectaba tanto esa pérdida?

Se la pasaba continuamente deprimido, mirando el vacío infernal hasta el mismo cielo el cual se perdía en el recuerdo del azul de aquellos ojos tan irracionales como la marea creciente en su preexistencia fría y tórrida.

Por el dolor de perderle se hundía demasiado en su trabajo e inclusive llego a dejar de jugar basquetbol, no ambicionaba que su mente estuviese desbordada del chico con poca presencia si bien no podía evitarlo ¡Ese hombre no salía de su mente, vivía allí noche y día!

Continuaba abrigando ese espinoso sufrimiento en su interior al dejar ir a una persona tan importante en su vida y también al lastimarle tanto con una pequeña acción igual a un juego de dominós, si cae una pieza todas caerán consecutivamente así basta una palabra para destruir lo que con costo se forjo, una amistad o un vínculo especial.

Impreso en la mente salvaje del tigre se encontraba ese ser fantasmal el cual llenaba el vacío de sus noches en vela, no podía dejar de pensar en aquella expresión que tenía cuando lo abandono puesto reposaba llena de dolor. El hacerle sufrir o perderlo, era la causa de sus desvelos y pesadillas más lóbregas todavía peor extrañaba a su sombra cada segundo que pasaba; si se sacrificaba en ese martirio era por él, al menos eso se decía a sí mismo como una forma de auto sabotaje porque moriría de remordimiento, deseaba golpearse tanto quizás así dejarían de fluir esos pensamientos los cuales no dejaban de invadir su mente y ahora se hundiría cinco años más en ese infierno... No creía ser capaz de resistir el mantenerse lejos de su sombra, le necesitaba ¡Nunca antes había necesitado tanto a alguien!

Se preguntarán ¿Cómo paso esto?

¿Cómo Taiga llego a ser tan miserable?

Bueno para contestar esa pregunta debemos remontarnos a un día del mes de diciembre, la nieve revestía los alrededores con un efímero blanco y el frio era estremecedor parecía congelar a los seres vivos que pertenecían caminando por las calles desiertas. En esas fechas pre navideñas fue donde comienzo el error que causo la devastación, la ira o la misma venganza de un alma pura porque hasta el mismo diablo fue una vez un hermoso ángel, cada ser que se deja llevar por el pecado acaba en el abismo más oscuro de la desolación.

Continuando con el relato, Kagami siguió las ordenes establecidas por el enemigo tales eran dejar su vida en Estados Unidos y básicamente renunciar al jugador fantasma. Ciertamente abandonarle era lo más difícil de todo, debía destrozar aquel enlace que tenían y el vínculo profundo de empatía terminaría por romperse en miles de pedazos por culpa del desgraciado de Gold.

Eventualmente el hombre con cabellos de fuego debió escuchar a su hermano mayor adoptivo, quien insistía en que desistiera de esa absurda idea la cual terminaría en tragedia; el tigre no escucho porque no tenía opción si quería recuperar a su amigo debía sacrificar algo tan preciado como la amistad. Sabía al tomar esa pesada decisión de traicionarle al mentirle causaría perder a Kuroko pero lo hacía por su bien, para que este fuese libre ¿Qué otra cosa podría hacer? Nash lo había chantajeado de una forma sucia, al aceptar su trato probablemente cometía una equivocación que lamentaría después sin embargo era necesario para que la transacción cambiara a su favor, precisaba usar todas sus cartas y así recuperar a su otra mitad lo más rápido posible ¡Ya tendría un as bajo la manga! O al menos apoyo de la kiseki no sedai.

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora