Un día cotidiano

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Un día en el trabajo.

Con la colaboración de los antiguos jugadores del torneo de básquet además del entrenador de Teiko, Kuroko fue capaz de construir un lugar especial donde los niños pudiesen ir a jugar el deporte y aprender sobre basquetbol con la ayuda de los mejores e inclusive hacer donaciones. Ese día Momoi estaba esperándolo así que apenas lo vio fue directo a tirársele encima, como de costumbre le dio uno de esos abrazos aplastantes los cuales apretaban tan fuerte, el chico sentía quedaba sin respiración todavía más cuando esos pechos enormes le presionaban tanto, se asfixiaba y los niños imitaban a la chica, también le fueron a abrazar.

Cuando la peli rosada lo soltó parecía muy contenta por la presencia fantasma— Me alegro que estés aquí, hace tiempo que no te veo.

—¡Ayer nos vimos! Trabajamos juntos, prácticamente todos los dias tenemos contacto visual— Replico el jugador fantasma, nunca entendía a esa mujer de cabellos rosados.

Momoi suspiro enamorada —Es como vivir en el paraíso, ver todos los dias a Tetsu-Kun y tocarlo, rodearlo entre brazos hasta que su aroma se mezcle con el mío.

La peli rosa se hallaba en su propio mundo fantasioso donde podía perderse en esos ojos celestes que tanto amaba y en la sensación de deseo que conservaba por la sombra, si aún recordaba la última vez que le beso ¡Besaba tan bien, hacia cosas maravillosas con esa lengua suya tan diestra! El sugestivo hombre le había metido la lengua hasta su garganta únicamente para percibir la reacción de Aomine ante la nueva actitud, aunque fuese por razones propiamente de provocar o molestar al moreno y sabia lo había hecho únicamente porque estaba enojado ¡Al menos le dio un excitante beso que nunca en su vida olvidaría, en las noches pensaba en lo ardiente que fue y debía darse una ducha fría!

Era masoquista estar siempre tan cerca y nunca poder tenerlo, incluso Aomine era capaz de poseer un lazo emocional más fuerte con el fantasma que ella.

Kuroko iba a citas con personas desconocidas e inclusive podía conseguir a quien quisiera, Nash le había enseñado a seducir perfectamente así que era muy sencillo las cosas triviales como ser deseable, conservaba un rastro atractivo de asexualidad sin embargo a pesar del coqueteo no tenía ninguna relación seria con nadie, eso le daba esperanzas no obstante ella tenía en cuenta que el jugador fantasma exclusivamente la veía como una amiga y nunca pasaría nada entre ellos, propiamente era algo muy platónico y Satsuki comprendía la situación triste de no poder ser la dueña de su corazón o al menos le considerada como una amante porque soñaba con eso muchas veces, en como seria si con un simple beso le hizo sentir tanto placer, tanto éxtasis excitante o adictivo, dicen que los queditos o callados son los más salvajes y Momoi estaba de acuerdo con eso, lo había experimentado.

De igual manera se hallaba realizada de tener a sus mejores amigos cerca y notar que tanto Aomine como Kuroko habían vuelto a recuperar la relación tan estrecha que tenían en el pasado y era maravilloso verles juntos, chocar sus puños otra vez ¡Sentía de pronto ganas de llorar! Amaba verles sonrientes, unidos…

La sombra ignoro las ocurrencias incesantes de la mujer acosadora y se dirigió a sus alumnos—¿Cómo están pequeños?

—Bien Tettdsu-sensei— dijo la pequeña niña de cabellos acolochados.

Tetsuya era uno de los mejores maestros que existían y era realmente amable—¡Me alegra mucho! Hoy tendremos invitados especiales.

—Son nuestros amigos, unos profesionales en el básquet— agrego Momoi agitada porque hace tiempos habían planeado esa sorpresa y al fin se pusieron de acuerdo para coordinar.

En ese momento llegaron los de la generación de los milagros, Hyugga, Takao, Ogiwara y Teppei; todos ellos fueron para cooperar con una benéfica causa e hicieron actividades para jugar partidos con los niños, quienes están extasiados por los expertos jugadores los cuales siempre hablaba su querido maestro.

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora