Confrontar

4.6K 361 85
                                    


El jugador fantasma siguió al magnate hasta llegar a una habitación sencilla la cual se diferenciaba de los demás cuartos por la estructura tradicional y simple, este espacio extenso daba la impresión de ser una oficina porque había un escritorio lleno de documentos esparcidos sistemáticamente, un estante con varios libros, un sofá confortable, una gran alfombra que cubría el piso, una ventana donde se observaba el hermoso jardín, las cortinas oscuras lograban crear un ambiente sombrío. Efectivamente era un lugar bastante caluroso a la vez reservado y formal.

El adonis se sentó en un asiento o mejor dicho su trono de "dios griego" y miro a Kuroko delante de él con gran indiferencia- Te ordeno quedarte ahí y no hables sin mi autorización.

La sombra no entendía porque le pedía tal cosa, era difícil intentar leer la mente de ese hombre astuto, descifrar los pensamientos se convertía en algo imposible por ende se mantenía un poco tenso en el centro de la habitación sin moverse. Cuando se quedaba a solas con el bravucón su mente le advertía del peligro inminente, no sabía los deseos de Nash sin embargo cualquier cosa que quisiera el supremo "soberano" se convertía en un mandato directo, debía obedecer inmediatamente si no sufriría las consecuencias, se supone eran esas las reglas que convenía seguir para no salir gravemente lastimado.

Yacía en las manos de un tirano agresor no se puede esperar nada bueno de la situación, aunque trataba de ser cuidadoso porque bien sabía que un paso en falso y ese tipo lo hacía trizas poseía el poder para hacerlo.

El rubio le dio la espalda mirando distantemente afueras de su ventana, pasaron varios minutos hasta que decidió decir algo- ¿Estás listo? Porque nuestros invitados llegarán en cualquier momento, tus queridos amigos seguramente estarán ansiosos de verte.

Tetsuya intento asimilar aquellas palabras dichas con rudeza obviamente se encontraba preocupado ante tal revelación- ¿Por qué los invitarías? A ti no te agradan...

-Todos tus secretos serán revelados... Claro está ellos deben saber que los dejaste por aliarte conmigo eso automáticamente te convierte en su enemigo ¿No crees que es necesario decirles la verdad? - agrego de manera arrogante.

El azabache miro el piso sin tener la menor idea de cómo confrontar aquel grave acontecimiento, deseaba simplemente correr y esconderse en un lugar donde nadie pudiese encontrarlo, huir de las personas que supuestamente había traicionado, de las personas que tanto quería.

Debía darles una explicación sin embargo no se atrevía.

Tarde o temprano los famosos prodigios se darían cuenta de la realidad, al unirse con el equipo enemigo creo una brecha para su separación, pero el tenaz adolescente no estaba listo para expresar de frente ese escenario el cual lo atormentaba, cometió un acto desesperado cuando pactó con el rubio y quizás fue un grave error hacerlo, era probable sus camaradas le detestarían por aquel perjurio imperdonable.

Después de que estos escucharan la indudable verdad ¿Sería rechazado? ¿Acaso terminaría siendo odiado por ellos? ¿Acaso lo sacarían de sus vidas para siempre?

¿Resistiría un rechazo tan rotundo?

Tenía la incertidumbre ¿Terminaría rompiendo todo vínculo con los prodigios? La respuesta a esa pregunta en cierta forma le asustaba.

Se encontraba cansado de ser abandonado, dejado atrás por no ser lo suficientemente bueno y ahora por culpa de los hechos lamentables los cuales sobrevenían en su vida les perdería, no ambicionaba que eso pasara sin embargo era probable. Sus temores se convertían poco a poco en una realidad y no estaba listo para asumir las consecuencias a sus malas decisiones.

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora