Reclutar.

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Nash el imponente "Mago" como se hacía llamar estaba orgulloso de humillar a la generación de los milagros, ver esas caras miserables e infelices al perder era como un elixir mágico de goce y placer, nunca olvidaría el momento en que los doblego en esa cancha de basquetbol, fue un deleite absoluto contemplar por primera vez la caída de los prodigios del Vorpal Swords. Sin embargo ganar no bastaba, no estaba satisfecho, él quería que ellos sufrieran con cada fibra de su ser por una simple razón los odiaba con intensidad desde que conoció la derrota en sus manos, lo que más deseaba era verlos aplastados como los gusanos patéticos que eran.

Esos monos sin valor ¿Qué se creían que eran para enfrentarlo?

Se vengaría de la forma más dolorosa posible, no descansaría hasta atormentar sus vidas, les haría pagar lentamente, se arrepentirían de haberse atrevido enfrentar al gran Mago.

Eventualmente después del triunfo de Jabberwock y la derrota de sus rivales, Nash aspiraba celebrar su victoria a lo grande, iría a una fiesta exclusiva con sus amigos, derrocharía su dinero en cervezas, escogería a una sensual mujer con la cual pasar una noche apasionada. Eso pensaba hacer pero sus planes de festividad por ganarle a esos engreídos fenómenos fueron postergados cuando vio corriendo al misterioso hombre fantasma del equipo rival Vorpal Swords.

Sabía que algo andaba mal con ese chico, no estaba dando el cien por ciento de su potencial, noto esa ineptitud cuando se enfrentaron en la cancha, la generación de los milagros perdió la sincronización por culpa de su jugador fantasma que por cierto parecía renco y demasiado pálido.

La pequeña blanca nieves dejando a los cinco enanos, esta es una buena oportunidad para que la bruja le diera la manzana envenenada.

Nash lo observo de largo, se dio cuenta que el niño estaba llorando desconsoladamente como si su mundo se desmoronara, de seguro por estar en un equipo fracasado, se rio de la desgracia ajena el malvado mientras se dirigía hacia la criatura inocente quizás si los idiotas lo hicieron llorar significaba que tenía una oportunidad para ser su jugada vencedora.

Si fuera la reina malvada de blanca nieves esta sería la ocasión de actuar.

Ofreciendo la manzana envenenada.

Nash al principio consideró a Kuroko Tetsuya como un fracaso, un niño del kínder tratando de enseñar moral con su discurso patético, sin embargo después de enfrentarse a él pudo ver atreves de esa fachada, el disfraz de niñito débil le funcionaba bastante bien para ocultar su ardiente frenesí.

Tetsu era un jugador sin presencia, invisible ante las miradas de los demás posiblemente por no ser alguien llamativo o demasiado interesante tenía su invisibilidad, el no ser notado era como una maldición en su vida que lo llenaba de angustia y soledad ¿Por qué nadie lo tomaba en cuenta?

¿Por qué lo ignoraban y trataban de mala forma?

Todo cambio cuando conoció el basquetbol, se convirtió en un jugador fantasma descubrió que su talento era estar detrás del escenario como una sombra haciendo que los demás brillen, su trabajo consistía en mantener el juego fácil, estable, cómodo incluso lograr que el enemigo se frustrara y perdiera sin saber quién lo golpeo.

Se volvió esencial por vez primera en si vida.

Nash le encantaban los trucos de magia extraños, singulares y misteriosos como ver a Kuroko desaparecer de la nada, era como un as bajo la maga del equipo. Esos ojos azules llenos de fuego se convertían en una distracción seguramente por eso estaba obsesionado por reclutar a la sombra rival, a él le gustaba ese estilo del joven fantasma por algo le decían "El mago" porque también tenía técnicas parecidas a las de Tetsu.

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora