En tiempos pasados Nash no comprendía como unos prodigiosos hombres que destilaban poder se preocuparan tanto por un enano inútil, simple e ingenuo pero ahora al descubrir realmente como era el inocente príncipe de hielo, al llegar a conocerlo mejor podía entender las razones que tenían esos fenómenos para apreciar al niño tal si fuese el tesoro más valioso en sus vidas.
Quizás la sombra expulsaba feromonas de su cuerpo, un tipo de incoloro aroma o simplemente resultaba análogo a un hechicero que atraía sin darse cuenta con su personalidad tranquila, a la vez poseía cierta fiereza al momento de enojarse. Su manera de comportarse alteraba a los demás por alguna extraña razón que desconocía y era capaz de cambiar con su esfuerzo a las personas de su alrededor, sobre todo aquellos que se pierden en arrogancia o en la misma oscuridad.
¿Cómo ese chico sin presencia lograba ser tan encantador o especial?
No es como si creyera que el ex peli celeste fuese aburrido o poco interesante, desde el primer momento en que lo vio con esa mirada mordaz llena de ira como un pequeño gato enfrentando lobos hambrientos e inclusive las pocas palabras mal pronunciadas siempre le provocaban una sensación intensa en todo su organismo, la ira le hizo explotar ¡Nadie era capaz de hacerle sentir de ese modo! ¿Cómo tuvo lo osadía de enfrentarle? A lo mejor esa valentía de decirle las cosas cara a cara fue lo que más llamo su atención y cautivo, nadie se atrevía a desafiarle con una moralidad intachable y absoluta convicción. Es verdad quiso aplastarle sin embargo termino perdiendo en su contra, no contada con que este tuviese a esos monos como caballeros andantes peleando por su honor.
Su error en algún momento fue subestimarle, creer que Kuroko era un ser común cuando en su cuerpo se escondía el secreto, el arma para acabar con sus enemigos. Akashi tuvo la razón en ese sentido, haría lo mismo que el emperador ¡Usaría aquel niño en su beneficio personal!
Los fantasmas son seres invisibles que pasan al lado de las personas sin ser reconocidos pero cuando alguien ve uno ¡Nunca lo olvida!
Kuroko era inolvidable, sus ojos azules quedaban atrapados en la memoria de todo aquel que sostenía su mirada.
Quien diría que fuese tan fácil derribar las defensas enemigas, bastaba un mocoso para hacer delirar a dichos milagros bueno después de todo los grandes imperios caen por las pequeñas traiciones y dardos envenenados de mentiras.
Nash se dio cuenta que el jugador fantasma yacía profundamente dormido, al parecer no pudo soportar el sueño y cayó en medio de la hierba hasta su cabello terminaba enredado entre el pasto.
Últimamente la sombra trabajaba mucho por eso constantemente estaba cansado parecía desfallecer a cada instante como en automóvil o ese momento, lidiar con el estudio y trabajo no era tarea fácil todavía faltaba enfrentarse a un entrenamiento agresivo, necesitaba energías quizás comer más proteínas.
Al rubio no le quedo de otra que tomarle entre sus brazos estilo doncella de esa manera le llevo al vehículo. Era claro que deseaba regresar a su apartamento lo más rápido posible, no quería permanecer en ese sitio de malos recuerdos y seguir conservando esa sensación de nostalgia que lo hacía sufrir de tal modo hasta su pecho dolía.
Lo colocó con cuidado en el asiento advirtiendo que el fantasma parecía tan pequeño casi adorable acunado de esa forma tierna en sus brazos, su expresión era pacífica igual a una música clásica tan serena y sublime. El chico seguía siendo ligero no obstante era necesario la delgadez en su cuerpo puesto eso le ayudaría en el futuro a ser más ágil además de rápido, no necesitaba volverse tan musculoso más bien lo contrario así que opto por que Kuroko se mantuviera en un peso óptimo.
El excéntrico millonario manejo su automóvil sosegadamente hasta llegar a su apartamento, estaba amaneciendo y solamente deseaba tirarse a su cama sin pensar en aquel lugar donde danzo por última vez con su amado cielo, la ninfa de su pasado.
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La sombra del pasado
Novela JuvenilKagami se va al extranjero dejando todo atrás mientras Kuroko intenta sobrellevar su vida destrozada por su partida y el dolor de no ser suficientemente bueno para los prodigios, ante la vulnerabilidad Nash Gold un excéntrico millonario le propone r...