Capitulo 28 ( Taylor )

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            Las comisuras de mis manos y costillas dolían, la sangre acumulada en mis brazos y el dolor de mi rostro, sabia a ciencia cierta que mi rostro estaba inreconocible, estaba inchado y con golpes. No podía mirarme, pero sabia cuando algo no andaba bien.

Mire las ratas a una distancia razonable. Al morder mi labio gemí, limpie mis lágrimas y cerré los ojos. ¿ Por que yo. ?

Levante la mirada cuando la puerta se abrió de golpe dando un ligero sonido sordo. Mire al padre de Cassiel y negué llevaba horas haciendo lo mismo. Me arrastre por el suelo sucio y me abrace a mi misma ... Su mano se enredo por mi cabello y jalo de este hasta que logro ponerme de pie.

- Mirame cuando estoy de frente - grito levante la vista del suelo y este levanto las cejas. Su rostro tenia gotas de sangre y sus manos eran la viva imagen de una pesadilla.

Sentí su puño en mi rostro una vez mas. Caí al suelo y de mi boca comenzó a salir sangre. Levante mis manos temblorosas y con cuidado revisé la zona recién herida.

Con mi lengua toque cada diente y me hacegure que los tenia todos. El sabor metálico y la oscuridad se atravesaron por mis huesos.

Su mano se deslizo por mis piernas y se introdujo por mis muslos. Lo detuve con los ojos abiertos y este sonrió. - que Cassiel es el único con derecho a tocarte. - mi respiración se ajito lo mire con detenimiento.

- No me extraña que sus hijos fueran como son, tienen su sangre corriendo por sus venas. - susurré en un quejido mientras me sostenía de la pared de cemento manchada de sangre.

- Que vio ese chico en ti.

Recordé la forma en la que Cassiel me había comparado con Elena, no por ser parecidas físicamente si no por tener el mismo tono de voz. Algo tan insignificante se había convertido en mi mayor desgracia.

Me tomo por el rostro y apretó con fuerza tanto que pensé que seria capaz de destrozar mi rostro aun mas.

- Se quedara con la duda - conteste con temor absoluto.

Sus manos se aferraron mas y sentí sus uñas clavarce en mi piel. - tan fácil de romper - sus ojos brillaron ante sus propias palabras. - con que eso es - deje de respirar. - eres como un cristal, igual a el. - la angustia inundo mis pensamientos. Ahogue un grito cuando mi cabeza se estrello con la pared - algo que Cassiel ya no puede tener, algo que tu tienes - hablo para si mismo - tu puedes sentir y el no.

Sus palabras se enredaban y no lograba comprender que tanto había descubierto en aquel momento.

- Sentir - lo mire aterrada y este asintió.

- Desde muy pequeño Cassiel perdió todo lo que amaba y fue criado como un animal salvaje para que fuera lo que es. Perdió la habilidad de sentir conpacion y amor por los demás hasta que llegaste tu.

Sentí las lágrimas y negué, si comprendía lo que decía tal vez yo sentiría pena por la persona que me lastimo y no estaba dispuesta a eso.

Se levantó y salio dejándome atras, mire a mi alrededor, Cassiel había pasado casi toda su niñes rodeado de aquellas paredes llenas de sangre y de ratas. Como no iba a perder parte de el.

Recline la cabeza en la pared y escuche el sonido agudo que tenia en los oídos. - Dios, sacame de aquí - apreté los puños lo mas que pude - Cassiel.

Abrí los ojos cuando escuche susurros en la puerta. No se cuanto tiempo había pasado tal vez segundos o quizás días. Palpadie al centir dolor en mis ojos, el chico frente a mi mantuvo su expresión de serenidad.

Asintió y se agacho junto a mi, me abrace pensando lo peor, levantó la mano y con cuidado la acerco a mi rostro, sus ojos tuvieron un brillo de sorpresa al ver las heridas en mi cuerpo. Su mandíbula se tenso y acaricio mi mejilla.  - Eres Taylor - lo mire asustada, espero mientras marcaba un número en su celular - la encontré - susurro y colgó.

CassielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora