Глава одиннадцатая: Рождество

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Terminó de limpiar su departamento antes de lo que esperaba, se sentía agotado y hambriento aun cuando apenas eran las diez de la mañana, dentro del departamento se sentía un intenso frio que previamente no había notado por el ejercicio al limpiar, así que se dirigió a la cocina para prepararse una taza de café caliente, y espero a que sus tostadas estuvieran listas en el living, mientras desayunaba se perdió en sus pensamiento hasta que una imagen llego a su mente, esa familia, se preguntó qué estarían haciendo en ese momento, esbozo una pequeña sonrisa, es que desde que había ido al cumpleaños del pequeño Anielka no podía evitar pensar en ellos, constantemente se preguntaba como estarían o si necesitarían algo especialmente en momentos así, la soledad lo abrumaba y la imagen de ellos llegaba a su mente como un un impulso, uno que no le molestaba, que le hacía sentir algo cálido en su pecho.

Mientras bebía lo que le quedaba de café recordó a Yuri ese omega que no era tan frio como quería mostrar, al menos no si se trataba de su cachorro, verlo sonreír cambio algo en su percepción, quería, no, debía ver más de ese chico.

Desde que pensó en la posibilidad de que Yuri fuera su Yuri comenzó a investigar, no se había animado en el pasado ya que, puesto que estaba con su pareja destinada y prefirió esconder los sentimientos por el hada rusa en lo más profundo de su ser, pero ocurría que aunque estuviese con su ser destinado, su persona especial, su primer amor era y siempre seria Yuri.

Su desligue del mundo del patinaje no le habían impedido mantener el contacto con sus colegas, no faltaban las llamadas y la larga mañana de internet le hicieron ver muchas cosas que hasta ese momento ignoraba y sin duda la que más lo choco era el hecho de que Yuri Plisetsky había desaparecido por completo del mundo del patinaje, tan repentinamente que no tenía explicación, solo se había esfumado.

Luego de horas, espero encontrar respuestas en una entrevista a su entrenador, Yakov, pero ni en ellas ni en las de sus compañeros se pudo obtener información del hada rusa. Algo extraño estaba ocurriendo y lo noto al oir que la única respuesta que obtenían los medios era que este decidió dejar el patinaje para dedicarse de lleno a su vida académica.

Eso lo descolocó, era absurdo. Lo conocía y sabía que alguien con aquel potencial no haría eso, no creía que el Yuri que conoció de niño, con aquella arrolladora fuera y talento hiciese algo así.

Agotado se dejó caer sobre el respaldar de su silla, su mente estaba sobrecargada de información, y más que otra cosa de preguntas, las ideas y suposiciones lo abrumaron, no parecía encontrar respuestas en ninguna parte. Se estiro un poco, luego de tanto tiempo sentado le dolía la espalda así que se estiro y tomo su celular para mirar la hora

12:47 pm.

Había pasado toda su mañana leyendo artículo tras artículo, viendo entrevistas y periódicos. Se levantó y se dirigió a su habitación en busca de un suéter y salió a la terraza, sintió un frio abrazador. Pero no le importo, ver todo el murmullo y la gente pasar le ayudaba a reflexionar, y es que se había enterado de muchas cosas, ahora el encuentro con Yuri había cambiado, era una coincidencia de lo más extraña. Una idea surgió en su mente y si...

Ese Yuri fuera el hada rusa...

Se froto los ojos con ambas manos. . Qué estaba pensado, no podía ser así, ese Yuri tenía un cachorro. No podía ser ese chico tan impetuoso que conoció.

καλοψία  #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora