встреча

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Se acomodó la camisa negra, dejó sin abotonar el botón a la altura del cuello, tomó su saco colocándoselo con elegancia, se miró al espejo comprobando la imagen presentable que era devuelta, llevaba un Terno Slim Navy Blue, Jean no lo había dejado en paz la noche anterior cuando salieron a recorrer el lugar con la idea de ir bien enfundado en un traje, sonrió negando al recordar el tono que uso su amigo.


Isabella fue la que llamó a su celular, aun adormecido por la reciente siesta respondió.

-Otabek, lamento interrumpir tu siesta, pero será mejor que te alistes, saldremos en media hora.

-Comprendo, estaré listo ¿Nos encontraremos en la recepción?

-Si, ahí nos vemos.


Colgó la llamada, se levantó aun con aquella prenda en brazos, sonrió al recordar al dueño. Se levantó despojándose de sus vestiduras para darse una rápida ducha, al salir tomó unas prendas cómodas y adecuadas para la estación, peinó sus cabellos y acomodó su casaca de cuero, revisó el celular, revisando si algún mensaje había sido enviado, negó levemente ante sus pensamientos, Yuri no era así.

Ya sobre la hora tomó su billetera y llaves para enrumbarse a la recepción, Jean e Isabella lo volvieron a saludar con efusividad arrancándole unas cuantas risas al alfa.


-Hay muchos lugares interesantes, he estado revisando los folletos, aunque podemos decirle a Nikiforov que nos dé un tour luego del almuerzo – bromeó – Bien iremos a...

- La Catedral de San Basilio – Opinó el alfa – podemos ir ahí, es un lugar hermoso y me gustaría tomarle unas fotos.

-Claro, si quieres ir ahí nos apuntamos – aseguró el canadiense – aunque tengo que admitir que no me esperaba que quisieras ver monumentos, esperaba motocicletas – Isabella lo miró con el ceño fruncido mientras subían al coche – Pero, hey son gustos.

-Me comentaron que es un gran lugar para admirar.


Una sonrisa traviesa no demoró en surcar los labios del canadiense mientras que su esposa negaba con la cabeza, su esposo aún era un niño.


-Apuesto a que fue ese "amigo" tuyo – dijo asegurándose de hacer énfasis en la palabra amigo – pero me alegro, es bueno que conozcas más personas Otabek.

-Jean – llamó la alfa como reprimenda, acto que ignoró su alfa.

-Conozco más personas Jean, no entiendo a qué te refieres.

-Oh, si lo haces, cuando llegaste desbordabas alegría mi amigo y créeme que te conozco lo suficientemente bien como para saber que tu cambio de actitud se debe a él – suspiró mirando hacia afuera, como si el recuerdo le trajera melancolía – Lo sé porque no es la primera vez que lo veo Otabek.


Un silencio se instaló en aquel auto, las palabras, aunque simples cargaban con gran valor, Otabek no pudo disimular la punzada de dolor que aquella afirmación logró calar en su ser, era como si lo transportaran al pasado, a esos días cuando se enamoró de su esposa y Jean, Jean lo apoyó siempre.


Parpadeó entonces no pudiendo contener lo descubierto.

¿Era tan palpable su enamoramiento por Yuri?

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