Se tapó los oídos con fuerza, mientras se envolvía aún más en las sabanas, gruñó cual animal herido tratando de aplacar aquel llanto.
Aquel infernal sonido que no lo dejaba en paz desde de que llego.
─¡Qué se calle de una vez! ¡No lo soporto!
Bramó desde su habitación completamente furioso, lo odia, odia aquel ruido estruendoso que producía aquella cosa, era un llanto ensordecedor, enloquecedor, simplemente no lo soportaba. Pateó las sabanas con furia al oír que el llanto solo aumentaba de tono.
Bajó de la cama ofuscado con cuidado pues su cuerpo aun resentía el parto de hace unas semanas, sí, había pasado tiempo, pero su cuerpo siendo aún el de un niño no se recuperaba por completo.
Cuando más caminaba el llanto aumentaba gradualmente, llego hasta la entrada donde paro abruptamente.
─Ya, ya, no llores por favor, no llores pequeño, sé que quieres a tu mamá, pero está bien, tu bisabuelo está contigo.
La voz desesperada de su abuelo fue lo que escucho muy por debajo de los gritos de la cosa, cierto remordimiento se alojó en su pecho, su abuelo se veía tan demacrado por culpa de eso que mecía entre sus brazos en inútiles intentos de callar su llanto.
─ ¿Tienes hambre? ─ Lo vio intentar darle del biberón, eso solo movió la cabeza negando e incluso atorándose con algo del líquido. ─ Tu pañal está limpio y no tienes hambre, no llores, sh, sh...
Con un brazo lo cargaba mientras con el otro se apoyaba en la silla, se mordió el labio al ver a su abuelo en ese estado, pero simplemente no iba a acercarse ahí, no iba a estar cerca de "eso".
─No puedo darte lo que quieres, lo siento tanto─ Ahora lloraba al igual que eso, chasqueó la lengua molesto, todo era culpa de eso, desde que se formó solo le había traído miseria y un sinfín de desgracias, ¿por qué no le dejaban darlo en adopción? Nadie tendría que sufrir como ahora, vivirían tranquilos.
Se quedó ahí apoyado escuchando los intentos de su abuelo por mermar aquel ruido, no supo cuánto tiempo paso ahí con la vista perdida en algún punto inexistente de la pared, tantas cosas pasan por su cabeza que simplemente se ve absortos en estos.
─Yuri, no deberías estar aquí sentado debes permanecer en cama aún.
─Esa bulla no me dejaba dormir.
─Esa bulla es el llanto de un bebé que quiere a su progenitor─ Habló con un tono duro para el menor, lo vio morderse en labio y suspiró─ Está bien, pero sabes no podrás seguir evitándolo por toda la vida, tu hijo espera por ti Yuri, siempre lo hará.
─Él no es mi-
─Él es tu hijo.
Yuri bufó molesto y levantándose con rapidez se encerró en su habitación.
Y así fue pasando el tiempo, un mes no tardo en pasar para Yuri, un mes en el que el tortuoso llanto no lo dejaba de acosar día y noche, días en los que solo en la oscuridad de su habitación debía extraer la leche de sus hinchados pechos, días de completa reflexión y soledad, pues su abuelo y Katiuska pasaban la mayor parte del tiempo alrededor de eso.
Pero ¿Qué podía hacer? Ese bebé solo era la prueba de lo cruel que fue el destino con él, ¿Cómo quererlo? ¿Cómo?
La culpa lo azotaba cada vez que lo escuchaba llorar por horas antes de que su abuelo consiguiese callarlo.
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καλοψία #PGP2018
FanfictionSe removió ante los rayos del sol que se colaban por la ventana, abrió los ojos percatándose del nuevo día que comenzaba, si, uno nuevo con muchas cosas por hacer. Se estiró cual gato pero sin despertar al pequeño que dormía a su lado. Su hijo d...