Глава шестнадцатая: Двадцать один год

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Regresar al trabajo nunca le pareció tan aburrido, no se quejaba del lugar ni nada por el estilo, solo que el estar tanto tiempo revisando documento y digitalizando otros en ese momento no le llamaban la atención. Saludo con un movimiento leve de cabeza a unos compañeros que pasaban con sus maletines a una reunión.

Una vez solo, Otabek se dejó caer sobre la silla mientras se daba el lujo de pensar en Yuri.

Los días acompañando a esa familia parecían tan largos, como si el tiempo se detuviese y sin embargo se había topado con ellos a fines del año pasado. Miró la pequeña tarjeta que ahora adornaba su escritorio, esbozó una ligera sonrisa cuando recordó el cómo la había obtenido. Anielka luego de la cena de año nuevo se acercó con una sonrisilla en sus labios y las manos ocultas tras su espalda, busco en los ojos del omega la aprobación para acercarse al cachorro, una que no tardó en llegar, se inclinó expectante siendo sorprendido cuando el pequeño no dudó en abrazarlo.


─Feliz año nuevo señor Otabek─ Canturreó separándose del alfa y extendiéndole la tarjeta.

Otabek sintió una opresión en su pecho, una indescriptible chispa de felicidad, una sensación que creía tan lejana.

Y entonces sintió a su alfa aullar.

Yuri no tardó en llegar extrañado por el repentino silencio el alfa, Otabek no se había percatado pero sus ojos brillaban amenazando con derramar aquel sentimiento que lo invadía por dentro.

Gracias, muchas gracias


*


Miró su reloj mientras le daba click al botón enviar, aún faltaba una hora para que terminase por hoy.

Entre llevar los nuevos documentos a la oficina principal para que sean sellados, ir a la sala de juntas y luego pasar por secretaría por otros documentos más el tiempo pasó con gran velocidad. Luego de ordenar su escritorio se colocó el saco y cogió su maletín, miró la tarjeta y no dudo en tomarla.


─Vaya, no sabía que tuvieses un hijo, felicitaciones─


─Gracias Temir─ No deseaba extender una innecesaria charla con su compatriota, explicarle que esa tarjeta no era de su cachorro le tomaría tiempo y eso era lo que menos deseaba en esos momentos. No era como si no le agradase, Temir era, al igual que él, un kazajo que había migrado en busca de un futuro mejor, desde que había encontrado trabajo Temir no paró de intentar socializar con él.


Algo que sin duda le había resultado casi imposible.


─Me imagino que tu esposa debe ser una hermosa kazaja, ah no pensé que tu historia fuese similar a la mía, migrando con nuestras familias a la fría Rusia. ─


─Su madre no es kazaja─ Contesto con simpleza mientras cerraba el maletín, el alfa contrario musitó un Oh sin saber que más pronunciar. ─ Hasta mañana─


─Si, hasta mañana ─


Los faroles de las calles aún no se encendían y las personas aún paseaban por las calles.

καλοψία  #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora