─Oh, ha despertado Leyna─
Una voz varonil fue lo primero que escucho seguido de una femenina que no llego a descifrar, paso con dificultad la saliva mientras trataba de enfocar los ojos.
─Tranquilo muchacho, estas a salvo─ Nuevamente aquella voz hablo con amabilidad.
Yuri al fin había abierto los ojos encontrándose en una habitación, al lado derecho un señor le sonreía amablemente mientras que un poco más atrás una señora lo miraba con seriedad. Parpadeo varias veces tratando de espabilar, su cuerpo se sentía entumecido, tan agotado que intentar levantarse era toda una proeza.
─Mi bebé─ Fue lo primero que articuló al no ver a su pequeño cerca. Se asustó y restándole importancia a su cansancio logró sentarse mirando a todas partes con desesperación. ─ ¡Mi bebé! ¿Dónde está mi bebé? ─ Grito mientras la desesperación comenzaba a hacer mella en él.
─Por favor, tranquilo hijo mío, tranquilízate─ Hablo el cura con suma delicadeza, como si tratase con un animal herido y asustado.
Yuri sin embargo no prestaba atención a las palabras de calma y la histeria comenzaba a apoderarse de él.
─ ¡Tranquilo omega! ─ Fue la imponente voz de la anciana que lo detuvo ─Vas a lastimar tu brazo si sigues moviéndote tanto─ Yuri entonces se percató de la vía en su brazo─Tu bebé está a salvo descansando en otra habitación ─La voz de la anciana sonó autoritaria logrado acallar los gritos desesperados el omega─ Él está mejor diferencia tuya que casi mueres allá en la nieve─
─Leyna, el muchacho acaba de despertar gracias a nuestras oraciones, no lo perturbes mujer─
─No lo perturbo padre, pero tampoco permitiré que grite en mi casa─
─Si, si─ El cura volvió su vista al omega, quien no se enteraba de lo que pasaba, lo único que recordaba era caer rendido contra la nieve luego de encontrar la casa que Katiuska le había indicado.
─ ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? ─ Pregunto aun con la necesidad de ver a su cachorro.
─Soy el padre del pueblo, Danill y esta dama es tu salvadora Leyna─ Contesto el varón con calma.
ESTÁS LEYENDO
καλοψία #PGP2018
FanfictionSe removió ante los rayos del sol que se colaban por la ventana, abrió los ojos percatándose del nuevo día que comenzaba, si, uno nuevo con muchas cosas por hacer. Se estiró cual gato pero sin despertar al pequeño que dormía a su lado. Su hijo d...