Volver fue relajante, admitía que le gustó ese pequeño escape y reencuentro con sus antiguos camaradas, sin embargo, sirvió también para reafirmar que su decisión de abandonar aquel mundo no había sido un error, amaba patinar como a sus camaradas, pero no cambiaría lo que tenía hoy por la gloria ni la fama.
Fue directo a su departamento, no quiso perturbar a Yuri ahora, no con todos esos aromas que llevaba encima, no era que fuese algo malo, solo que conocía a Yuri y su desagrado por las multitudes o en su defecto, los aromas de estos. Se dedico a ordenar y limpiar un poco, mañana iniciaba la cuenta regresiva para sus vacaciones de invierno y claro, no había olvidado el cumpleaños de Anielka y mucho menos la Navidad.
Para entrada la noche, con el departamento listo y recargado luego de una siesta reparadora se debatió un momento entre llamar o solo enviar un mensaje, sus dedos marcaron el número de Yuri antes de que su mente diese un veredicto.
–¿Otabek?
–Yuri, hola ¿te llamado en mal momento?
–Para nada, estaba cocinando un poco, ya sabes mañana hay que trabajar. Por cierto ¿ya llegaste?
–Sí, llegué en la mañana, sé que dije que te llamaría, pero el sueño terminó venciéndome – una pequeña mentira –. Por cierto, el invierno cada vez empeora, no vayas a exigirte demasiado.
–Comprendo, es bueno que hayas descansado, asumo que mañana vas a trabajar – el sonido de algunas ollas interrumpió por el momento su habla, se escuchó un suspiro al otro lado de la línea–. El dinero no crece en los árboles Otabek, pero tienes razón, recortaré mis horarios de atención, estar en plena tormenta de noche no es recomendable.
–Exacto, tu salud es mucho más importante, así como la de Anielka.
–Contigo velando por ello estoy seguro de que estaremos bien...
Hubo un largo silencio después de ello, Yuri había callado de repente, como si lo que hubiese dicho no estuviese planeado, para Otabek fue, en una palabra, hermoso. No iba a mentir diciendo que no se alegraba o que su pecho no se hinchaba de orgullo al saber que hacía bien cuidando de esa familia, su alfa estaba más que se regocijaba en su interior. Escogió bien sus palabras antes de continuar.
–Siempre que me necesiten estaré para ustedes, siempre acudiré, no importa lo que sea, puedes confiar en ello.
–Otabek...
–Te invitaría a salir hoy, pero creo que estas ocupado y además es tarde, ¿Quizás mañana tengas un poco de tiempo? – Desvió la conversación, no deseaba presionar.
–Claro, en la tarde podríamos salir, ya con la navidad cerca el pueblo comienza a decorarse, aunque he visto poco.
–Cierto, sería bueno comprar adornos y luces, seguro a Anielka le encantaría la idea de decorar el árbol.
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καλοψία #PGP2018
FanfictionSe removió ante los rayos del sol que se colaban por la ventana, abrió los ojos percatándose del nuevo día que comenzaba, si, uno nuevo con muchas cosas por hacer. Se estiró cual gato pero sin despertar al pequeño que dormía a su lado. Su hijo d...