молва

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Se apresuró a abrir la puerta en cuanto escuchó escucho unos suaves golpes sobre la misma, se deshizo de la molesta sensación de incomodidad y desconfianza, respiro dando paso a una faceta más tranquila. Palmeó su abrigo tratando de aplacar los pliegues. Sus manos sudaban de manera casi burlesca, si tan nervioso estaba ¿Por qué había aceptado?


Sin duda los grandes ojos y el tierno puchero de su hijo eran sumas grande perdición.

─Hola Yuri...


─Otabek, gracias por venir─ El omega se apresuró a cederle el paso al alfa, Otabek iba enfundado en una chaqueta deportiva y sobre sus hombros descasaba una amplia mochila. ─ Lamento si interrumpí...


─No tienes que hacerlo, con gusto he aceptado venir, si Anielka deseaba mi compañía no hay forma de negarme─ Contestó de manera amable y fresca.


─ ¡Señor Otabek!


Anielka que había estado oculto en la habitación salió raudo llamando a su cuidador del día con suma felicidad. Al pequeño le agradaba de sobre manera la compañía del adulto, claro que no lo comentaba mucho pues conocía lo que madre pensaba sobre otros alfas y no deseaba hacerlo rabiar, pero había un algo que hacía a Otabek indispensable en sus días.


─Anielka, buenas tardes pequeño.


Cargó al pequeño alfa con cuidado, a su lado Yuri sentía un poco más de comodidad. Nunca antes había dejado a su cachorro con alguien más a parte de él o de la señora Leyna, por lo que volver a hacerlo después de tanto tiempo le costaba.


Oh, el cielo sabía cuánto le costaba despegarse de su hijo.


─Volveré en cuanto la reunión finalice, pórtate bien Anielka─ dijo viendo al menor ─ Y Otabek...


─Te aseguro que no va a pasarle nada Yuri, lo cuidaré como si fuera mi propio cachorro.


Aquella frase debería ser un tabú.


Asintió y besando la frente de su cachorro, tomo el morral que descansaba sobre uno de los sillones cruzándolo sobre su pecho. Ambos alfas lo acompañaron hasta la puerta, Anielka sonreía tratando de transmitir confianza a su progenitor.


─Cuídate mamá─


Acarició la suave mata de cabellos rubios.

καλοψία  #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora