La tranquilidad puede incomodar incluso al que más la desea. En mi caso, me estaba torturando, Marinette, cuanto me gustaría saber lo que estás haciendo.
Podría seguir guardando nuestro encuentro en el acuario como el último si no fuera porque no soy capaz de rendirme ante la idea de perderla.
Perder la cabeza por una mujer es algo común. En mi caso, es una adolescente de diecisiete años.
De alguna manera lo buscaré, su padre no me lo va a prohibir más. Mi nínfula volverá a estar conmigo.
Abandonar la silla fue lo mejor para mí, a pesar que ahora debo andar con muletas, me alegra el poder desplazarme con mis piernas. Sin embargo, esto no me daba ninguna ventaja en cuanto a tratar de hablar con mi hijo. Ahora lo único que hacía, sin importar si le enviaba con Nathalie y su guardaespaldas, era siempre llegar tarde, incluso se iba solo a alguna parte de la ciudad y no volvía hasta llegada la noche. Ese muchacho lograba perderse la vista de sus protectores y ya no me hacía caso, ese exceso de libertad lo va a destruir.
Eso me está molestando demasiado, una cosa es que me ignore, otra es su actual estado de rebeldía. Debía de darle un alto a eso. Por eso, un día estuve toda la noche vigilando su llegada en las cámaras de seguridad hasta que finalmente lo vi entrar, al estar en la galería fui lo más rápido que podía con mis muletas.
—¡Adrien, detente ahí! —le grité.
Él se detuvo al verme con un rostro lleno de indiferencia.
—¿Qué quieres? —inquirió con desgana.
—¿Dónde estabas?
—Eso no te incumbe.
—Estoy harto —le fui diciendo acercándome a él. —Está actitud no la tolero, entiendo que no te agrade la idea de mi relación con Marinette, pero...
—¡Déjame en paz papá, yo puedo hacer lo que quiera! ¡Y tú no me lo puedes impedir! — me reprochó.
Al escucharlo decir eso una rabia interna salió en mi interior. No me había sentido así tan enojado desde...Bueno, desde hace tiempo, como cuando me molesté cuando supe que mi hijo me había desobedecido y había escapado hacia la escuela.
«Esto no se va a quedar así, Adrien».
Al día siguiente, estaba decidido lo que iba a hacer, estaba parado al pie de la entrada junto con Nathalie y el guardaespaldas justo cuando Adrien bajaba por las escaleras para dirigirse a la escuela.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó él.
—Podrás ignorarme toda tu vida si quieres. Pero estás bajo mi techo y vivirás bajo mis órdenes. Aquí se hace lo que ordeno, y ahora te prohíbo volver a la escuela.
Esto había dejado perplejo a Adrien que si hubiera tenido su mochila en la mano, se le hubiera caído.
—No puedes...
—Puedo porque eres mi hijo, mientras no seas mayor de edad puedo controlar tu vida. Ya no tendrás más exceso de libertad —murmuré. —A partir de ahora, te quedarás en casa donde siempre pueda vigilarte y no saldrás hasta que dejes de tener ese comportamiento rebelde conmigo, jovencito. Nathalie, llévalo a su habitación, asegúrate de que no escape esta vez.
Tanto Nathalie como el guardaespaldas se llevaron a Adrien de vuelta a su habitación que iba con la cabeza baja, pero al voltearse al verme, su mirada era tan llena de ira que parecía que intentaba envenenarme igual que una víbora de cascabel.
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Nínfula Parisina
FanficGabriel está dispuesto a hacer lo necesario para recuperar a Marinette. Su amor por ella le da la fuerza para seguir adelante con sus planes para lograr estar juntos nuevamente. Nada le será fácil, en su camino tendrá obstáculos, personas y fantasma...