–Juli – Grité pasando por la puerta y arrojando mis cosas en la sala.
–¿Amor? – La escuché responderme y pronto vi su rostro asomando por la puerta de la cocina – ¡Amor, volviste! – Gritó aturdiéndome – ¿Por qué no me avisaste? Hubiese preparado una torta o algo – Hice una mueca cuando me abrazó y ya no pudo ver mi rostro. Sus tortas eran espantosas, hasta para mi paladar que no era para nada refinado.
–Joaquin, querido – Salió María, la madre de Julieta, de la cocina. Al verla, me arrepiento totalmente de no haber llamado antes. Odio a esa mujer. Las pocas cosas buenas que había visto en su momento en Julieta, al conocer a su madre, se habían opacado completamente. Esa mujer, parecía tener un cartel de neón brillando en su cuerpo, que me pedía que la matase. Pero no podía hacerlo, por la relación que nos unía, las sospechas serían demasiadas. Hacerlo sería algo imposible, el riesgo era extremo.
Apreté los dientes y le sonreí. Odiaba que viniera de visita.
–Mery – Le dije con mi mejor voz de alegría y le respondí el abrazo – ¿Cómo va todo? ¡Qué sorpresa encontrarte!
–Ay, que diablillo más mentiroso – Su abrazo ya me estaba asfixiando – Me encanta – Le dijo a su hija tras soltarme – Voy a agrandar el asado – Y caminó hacia la cocina – Para tu suerte, acabo de ponerlo – Agregó tras asomarse de nuevo por la puerta, señalándome con una espátula.
–Gracias Mery – Le digo y luego paso a mi cuarto, necesito ropa para darme una ducha helada.
"Se que ya te lo he dicho un millón de veces, pero deberías matarla" las palabras de Benny quedan retumbando en mi cerebro. Se que debería matarla, y deshacerme de ella de una vez por todas, también debería matar a su hija, pero no puedo. Me atraparían y me encerrarían de por vida.
–No puedo – Le susurro a Benny lo más bajo que puedo, para que las mujeres no me escuchen, ya que no quiero hablar en mi mente, me provoca jaquecas.
–Deberías hacerlo – Lo apoya Matias, hecho que me extraña de sobremanera y cuando el impacto desaparece, me alegro infinitamente, él ha vuelto a nosotros. Mi hermano ha vuelto. Ya no existe el payaso pacifista que era hasta hace un par de días atrás.
–Debería – Agregó y solo camino hacia la ducha.
La noche es fría, así que acerco mis manos a mi boca tratando de calentarlas en vano.
Sigo caminando, y las voces en todos los bares me alejan de sus entradas, quiero un trago, pero no se a cuál bar entrar. Camino, esquivando a la gente, no deseo toparme con ningún borracho parlanchín que venga a molestarme. Ya tuve suficiente por toda la noche, no deseo escuchar más a nadie. No deseo interactuar más con nadie por hoy.
Y entonces la veo tras el cristal, y se que ella es la indicada. Está mordiendo una cereza, y sus gruesos labios, que están pintados del color de la fruta, se mueven provocando la mordida más sensual que haya visto jamás. Siento mi cuerpo vibrar, solo la he visto un instante, y ya se que la deseo. Que quiero su sangre cubriendo mi cuerpo. Ha encendido en mí un deseo infinito, no puedo hacer un paso atrás y marcharme, aunque se que eso es lo correcto. Estamos en pleno centro, hay gente a montones, y ella está sentada en la barra de uno de los bares más conocidos de la ciudad. Se que debe haber un millón de cámaras adentro, que van a captarnos juntos, pero no puedo evitarlo, ya estoy caminando hacia la puerta.
HOLA :D
¿Qué tal va la historia hasta ahora?
¿Qué piensan que pasará en el próximo capítulo?
¿Alguien desea qué le dedique un capítulo? Solo deben pedirlo :3
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Múltiple [Suspendida indefinidamente]
Mystery / ThrillerAmable. Atento. Calculador. Despiadado. Psicópata. Me han catalogado de tantas maneras que ya no se quien soy. Tengo tantos nombres que nadie sabe cuál es el verdadero. Mi expediente policial dice que es Ángel, pero ese es un secreto que nadie puede...