Múltiple [Suspendida indefinidamente]

Capítulo 38

Tras conseguir que la morena me siguiese cuál perrito, la guié hacia mi departamento. No podía esperar más, necesitaba tenerla para mí solo. 

Entramos al edificio, y el guardia nos saludo sorprendido. De seguro se preguntaba porque estaba llevando agarrada de la cintura a una sensual mujer al sitio que compartía con Julieta, o tal vez la sorpresa solo era producto de mi paranoica imaginación y él solo nos había dicho un simple "Buenas noches" como le decía a todo aquel que cruzaba las grandes puertas de la entrada que custodiaba. 

–Buenas noches – Fue la respuesta de mi joven acompañante para él, y las puertas del ascensor se abrieron haciéndola que dejara de verlo.

–Curioso – Dijo Benny, sin reparar en que lo decía en voz alta y no en nuestra mente. 

–¿Qué es curioso? –  Preguntó Kiara, o como sea que se llamase.

–Nada – Le respondió mi hermano – Luego te digo – Y ninguno dijo más nada, solo nos quedamos en silencio los segundos restantes que le tomó al elevador llevarnos hasta mi piso.

Tomé aire, y me dispuse a abrir la puerta, sin soltar su cintura. Tenía que hacerla entrar a como diera lugar, no podía dejarla huir. 

Y una idea vino a mi mente. 

–Cierra los ojos – Le susurré al oído, antes de abrir la puerta, y luego le di un pequeño mordiscó allí, para infundirle la confianza de un tierno amante. 

Ella no dijo nada, solo sonrió e hizo caso absoluto de mis palabras. 

Que tontas eran las personas, tan fáciles de manipular. 

–No hagas trampa, por favor – Le dije y abrí la puerta. Y sí, el desastre seguía ahí aguardándome. Ella me confirmó que no iba a abrir los ojos, y la guié al interior, no sin antes ponerle dos vueltas de llave a la cerradura. 

Mejor prevenir, que lamentar.

–¿A qué huele? – Me dijo ella mientras fruncía la nariz.

–Lo admito, soy un pésimo cocinero – Le respondí y la hice reír. Aún no debía abrir los ojos. 

La guié hasta el cuarto y cerré la puerta tras de mí con mi pie. 

–Ya podes abrir los ojos.

–¿Y cuál es la sorpresa? – Me respondió tras mirar en todas direcciones y no ver nada.

–¿Sorpresa? No, es que no quería que vieras el desorden – Le dije como excusa. Aún seguía sin ser el momento. 

Ambos empezamos a reír, ella por lo idiota que yo le debía de parecer en ese momento, y yo por el futuro que le esperaba. 

–Toda tuya Benny – Le dije a mi hermano silenciosamente y me dispuse a esfumarme hasta que él me volviese a llamar a la luz.