Al día siguiente, luego de haber despertado en los brazos de Pablo, había decidido salir a dar una caminata para despejar la mente. Me había pasado gran parte de la noche sin dormir, dominado por las pesadillas y los gritos que no paraban de resonar en mi mente. Los quería lejos de él, a todos ellos. Jamás les permitiría ver el rostro de la única persona a quien había amado en la vida. Jamás les permitiría que le hicieran daño, oh no, él siempre iba a estar seguro a mí lado.
–Matias querido, que bueno que hayas regresado tan pronto – Me dijo una de mis vecinas al verme salir de mi casa. La señora Hamiltton era una ancianita que siempre se había preocupado por nosotros, y una de las únicas en el vecindario que no veía con mal ojos nuestra relación. Seguramente la única que no creía que íbamos a quemarnos eternamente en el fuego del infierno, como sí me había dicho otro de los vecinos. Le sonreí agradecido por la preocupación, aun cuando a mí lo que le pasase a ella no me importara en lo absoluto, a Pablo sí le agradaba, tenía que portarme agradable – Tu esposo se veía decaído últimamente – ¿Pablo estaba triste? ¿Cómo no lo había notado? Voltee a mirar a mi casa nuevamente, tratando de recordar algún detalle que me afirmara lo que ella decía, y nada venía a mí. Esto era culpa de ellos, ellos evitaban con sus incesantes voces que me concentrara en lo que mi novio estaba sintiendo. Ahora si estaba enojado – Espero que ahora se encuentre mejor.
–Hola Amelia – Le respondí, tratando de calmar el enojo que había comenzado a crecer, logrando que mis manos se cerraran formando un puño apretado. Debía calmarme nuevamente – Gracias, ya sabe que puede pasar a visitarlo cuando guste – A Pablo eso iba a gustarle, ella siempre le llevaba sopa cuando iba de visitas, y él sin duda amaba esa sopa. Siempre había querido conseguir la receta, ya luego iba a tener que volver a insistir con ello – Que tenga lindo día – Y seguí caminando, mientras escuchaba tras de mi un "Qué tengas lindo día también querido".
Pronto mis pasos eran más largos, y en unos segundos estaba trotando, dejando calles y calles de distancia entre mi casa y mi cuerpo. Me detuve solo cuando estuve frente al Museo de historia natural para conseguir un poco de aire mientras recargaba mis manos en mis rodillas. No había desayunado, así que el terminar por correr me había afectado bastante, pero debía continuar. Ese no era sitio para hablar con Benny, no, allí había mucha gente. Decidí internarme más en Meadow at City Park y de camino encontré un puesto ambulante de café, en el cuál aproveché mi oportunidad de conseguir comida.
Terminé finalmente encontrando una banca frente al lago, donde los patos que estaban al rededor, se llevarían toda la atención, desviándola de mí.
Me dispuse a invocar la presencia de Benny, y me preparé para esperar pacientemente su llegada, pero no tardó absolutamente nada en hacerse presente, había estado esperando. Podía sentir como con su presencia el ambiente se había vuelto tenso, su aura, furiosa, estaba negra. Oh si, él estaba muy enojado. Supongo que es porque anoche los alejé de mí.
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Múltiple [Suspendida indefinidamente]
Misterio / SuspensoAmable. Atento. Calculador. Despiadado. Psicópata. Me han catalogado de tantas maneras que ya no se quien soy. Tengo tantos nombres que nadie sabe cuál es el verdadero. Mi expediente policial dice que es Ángel, pero ese es un secreto que nadie puede...