Capítulo 14

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–¡Buenos días! – ¿Alguien me estaba despertando? Abrí los ojos y pude notar unos grandes ojos grises mirándome muy cerca mío, alejé mi rostro de él mirándolo confundido

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–¡Buenos días! – ¿Alguien me estaba despertando? Abrí los ojos y pude notar unos grandes ojos grises mirándome muy cerca mío, alejé mi rostro de él mirándolo confundido. Pero en un segundo todo se aclaró. Pude escuchar a mi pequeño hermano Matias en mi mente diciendo "Quiero dormir un rato más", él no había notado que yo era quien, por algún extraño motivo, tenía el control ahora. 

Volví a mirar al hombre frente a mí y sonreí, así que este era su novio. Mucho mejor que en la foto que había visto.

–Buenos días – Sonreí y luego él beso mis labios. Asqueroso, pero divertido. Pude sentir a mi mente sacudirse tras mis palabras, él por fin había notado que no era él quien estaba hablando. Comencé a tratar de alejarlo totalmente, pero eso solo me provocaba un terrible dolor de cabeza, aunque debía ignorar eso, tenía que sacarlo de mi mente y divertirme un rato con su querido novio. 

 –¿Desayuno? – ¿Me lo estaba ofreciendo o quería que yo lo hiciese? – Genial, vamos, yo preparo – Servicial, eso me agradaba. Caminamos hacia la cocina, y me senté en una de las banquetas que estaba tras la barra, mientras lo veía sacar cosas para cocinar. Qué bueno que era él quien lo estaba haciendo, porque entre mis miles de dotes, cocinar no estaba presente.

Y mientras él rompía un par de huevos en una sartén, yo rompía el poco control que Matias aún poseía. Finalmente había triunfado. Mi hermano ya no estaba más presente, ya no podía observar nada de lo que hiciésemos, ni siquiera podía escucharnos. Había, finalmente, podido encerrarlo junto a Kevin, en mi propio mundo de tortura. 

–Nos vemos hermanito – Susurré al darme cuenta de mí triunfo. 

–¿Mmm... Qué cosa? – La voz de... Entre cerré los ojos. ¿Pablo? Sí, ese era su nombre si mal no recordaba. Él había escuchado mi susurro.

–No, nada, hablaba solo. No le tomes importancia – Él se encogió de hombros y simplemente giró a seguir con su tarea.


Los minutos pasaron, y ya había terminado de comer, y todo en total silencio. Que aburrido era esto de comportarse normal. Me puse a pensar que tal vez debería haber dejado que Matias nos observara para divertirme con sus reacciones. Pero ya era tarde.         

¿Qué podía hacer para divertirme y al mismo tiempo enojar a mi hermano?

Suspiré y giré mi rostro para mirar al individuo que se hallaba aun a mi lado, y pude ver que este miraba su café pensativo. Pero eso no fue lo que me llamó la atención. No. Sino el hecho de que arriba de su labio superior, se había formado un pequeño bigote de espuma. Lo miré dubitativo, pero finalmente esto me dio una idea. 

Me paré dando un pequeño salto del banco y él poso su mirada en mí. Me acerqué más a su lado y respiré hondo por lo que iba a hacer, la incertidumbre solo duró un instante, luego ya estaba seguro de mis prontas acciones. Agarré su rostro con mis manos, y me acerqué a él, para terminar pasando mi lengua por la espuma en su rostro.

–Había un poco de espuma – Le dije, para seguidamente morder mi labio por la emoción que comenzó a cubrirme. Matias iba a estar furioso conmigo, esto iba a ser genial. Él sonrió agradecido, y pronto nuestros labios terminaron uniéndose, hasta que en unos segundos ya nos estábamos devorando como si ambos fuésemos el último plato del menú matutino.   

Sus manos no dudaron absolutamente nada en comenzar a desabotonar la camisa de algodón que llevaba puesta de piyama, y esta terminó en un rincón lejano de la cocina. Me acerqué más a él y sonreí sobre su boca por esto, mientras él no dejaba de besarme. Pude sentir su corazón latir rápidamente al contacto de nuestros pechos. Comencé a descender con pequeñas mordidas sobre su cuello, mientras arrancaba suspiros de su boca. Se podía notar a leguas que era un hombre enamorado de mi hermano pequeño, puesto que recién comenzábamos esto y él ya estaba desesperado por mi contacto. 

Me alejé de él y me miró confundido. Podía notar su respiración agitada, podía ver su mirada suplicar por mí contacto nuevamente. Le sonreí y comencé a caminar hacia el cuarto. 

Llegué al umbral de la puerta y él no me había seguido. ¿A caso no quería esto como había pensado?

–¿No vas a venir? – Le grité desde mi lugar. Y el ruido del banco al correrse abruptamente, seguido de sus pasos, fueron toda la respuesta que necesite.     

Cuándo Matias se enterase de esto iba a enloquecer. 





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HOLA MIS COSITAS PRECIOSAS <3


Sigo en las mismas, sin la pc. Así que escribo cuando puedo, un poco con el celular, y un poco cuando logro robar la pc de mi papá. Paciencia conmigo :3

(Ya voy a corregir en la semana los errores, pero para eso necesito más tiempo y mi pc - y ahora no tengo ni uno ni otro - )


Y ahora sí...


¿QUÉ TAL ESTÁ ESTE CAPÍTULO?

¿QUÉ TAL VA LA OBRA? 

¿A ALGUIEN NO LE GUSTA ESTO? PROMETO NO ENOJARME *Esconde tras de sí el cuchillo* *sonríe* 


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Múltiple [Suspendida indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora