Múltiple [Suspendida indefinidamente]

Capítulo 11

–¡Buenos días! – ¿Eso que resonaba en mi mente era la voz de Pablo? ¿Por qué me despertaba? No, yo quería seguir durmiendo, lo necesitaba. Intenté decirle un simple "Quiero dormir un rato más", pero en vez de eso, escuché retumbar en el aire un "Buenos días". ¿Qué estaba pasando? Esa voz, no era mía, pero salía de mí.

Intenté despertar con todas mis fuerzas, pero no podía, no lograba abrir mis ojos, y el sentir mi cuerpo moverse, el sentir como él se estaba haciendo pasar por mí me estaba desesperando.

Estaba preso en mí mismo, y a mi alrededor solo había un laberinto que parecía infinito. ¿Qué era este lugar? Jamás había estado acá antes. Necesitaba escapar, tenía que hacerlo.

Comencé a correr, gritándole a mi hermano que me dejase despertar. Pero solo pude escucharlo reír a lo lejos.

Luego de, lo que a mi parecer era, una eternidad divisé una figura hecha un ovillo contra una de las paredes frente a mí. Ya cansado de correr, solo caminé arrastrando los pies hasta él, para terminar por agacharme a su lado.

La ropa aniñada y las lágrimas que no cesaban me decían que era mi pequeño hermano Kevin.

–¿Kev? – Le dije tratando de averiguar si mis suposiciones eran ciertas. Él solo me miró con la cara bañada en lágrimas y se arrojó a mis brazos.

–Benny me tiene encerrado en este horrible lugar – Exclamó entre pequeños hipos –Yo solo... - Y sus palabras quedaron ahogadas, por lo que volvió a repetirlas –Solo... le dije que no quería... que no quería hacerle daño, él me agradaba.

–¿A quién le hicieron daño? –

–A Tobby –Y comenzó a llorar aún más fuerte que antes, logrando generar un eco espantoso.

–Kevin ¿Quién es Tobby? –Creí que debería haber dicho "era" no "es", pero eso alteraría más al pequeño.

–Mi perro, yo iba a alimentarlo en la plaza cuando Joaquín me dejaba salir a jugar –Oh, Tobby era solo un animal. Él lloraba por una mascota.

–¡Ya Kevin, no llores! Podemos conseguirte otro perro. –Traté de animarlo, pero eso se me daba fatal por lo visto, ya que empezó a llorar nuevamente, un niño como él era demasiado difícil de comprender para mí. Jamás lo había entendido, Joaquín solamente lograba hacerlo. Sabía que ellos eran como uña y carne, sabía que mi hermano mayor siempre había cuidado del pequeño. Por eso me preguntaba cómo pudo dejar que Benny le hiciera esto. Pero, tal vez, él no lo sabía. Tal vez Joaquín tampoco conocía este horrible lugar.

De pronto, el aire comenzó a sentirse más pesado a nuestro al rededor, y una ligera niebla oscura comenzó a ascender desde debajo de nuestros pies. 

–¡Oh! ¡NO! – Exclamó Kevin horrorizado de pronto. Pude notar como su cuerpo comenzó a temblar, mientras se paraba de su sitio – ¡Tenemos que correr! –Me gritó de ahora, con el terror grabado en su voz.