–¡¡Ahhhh!!–Los gritos de Daniel parecían hacer eco, para deleite de mis oídos, entre las paredes del viejo sótano.
–¿Duele?– Pregunté mientras enterraba nuevamente la aguja en uno de sus nervios.
–Hijo de perra– Me dijo con la mandíbula tiesa y los dientes apretados – Juro que...
–"Juro que voy a matarte"– Terminé la oración por él con mi mejor voz de burla – Ambos sabemos que eso no va a pasar cariñito– Y volví a enterrar la aguja, logrando que sus gritos volvieran a llenarme de placer.
Saqué la aguja y este quedó respirando fuertemente, mientras yo me paraba y me retiraba de su lado. Llevaba horas cortando y pinchando su carne, me había aburrido. Ya iba siendo tiempo de limpiar todo y marcharme, a fin de cuenta, tenía que volver con la dulce Sally. Ella y yo teníamos una gran cita programada. Su destino la estaba aguardando pacientemente.
–Bueno Daniel– Empecé sin mirarlo– Vamos a tener que continuar luego, de momento, tengo que tomar un vuelo a Denver– Voltee teatralmente a verlo y agregué– ¡Ups! No debería decirte eso, es privado– Susurré lo último– Ahora tendré que matarte– Hice una seña con mis brazos como quitándole importancia al asunto y...– Oh, cierto, eso ya pensaba hacerlo –Y finalicé entre risas.
–Desgraciado– Me dijo este, ya cansado de insultarme y gritar. Era obvio que ya se había resignado a perder la vida.
–También te quiero pimpollito–Ledije mientras limpiaba los utensilios que había utilizado–Bueno, creo que voy a buscar un balde de agua, un baño de esponja te caería muy bien–Le guiñe un ojo– Por favor no te muevas, ya regreso. ¡Oh, cierto!–Me reí de él y partí. ¿Por qué nunca se reía de mis bromas? Era el peor de todos los invitados que había tenido, y aun así, era el que más me agradaba. Curioso detalle.
–¿Es tanto pedir qué te mantengas quieto?–Le dije mientras volvía a tironear de su brazo para seguir intentando quitar la sangre que se había secado en la zona– Me estás quitando la paciencia Daniel, ya no deberías jugar con tu suerte.
Él siguió peleando contra mi contacto, y terminó excediendo los límites de mi paciencia.
–La verdad es que me has hartado– Le dije mientras le arrojaba el trapo en el rostro y me alejaba de su lado.
Abrí mi maletín y saqué un estuche en el cual tenía unas agujas preparadas. Levanté una y le di un pequeño tincazo mientras volcaba unas pequeñas gotas de su contenido.
–¿Qué es eso?– Me preguntó Daniel asustado, lo ignoré y comencé a acercarme a su lado– No, no, no, no– Empezó a decir y a patalear para evitar que yo llegase a él– Te prometo que me voy a quedar quieto– Me dijo, pero ya era tarde – No, por favor. ¡NOOOO!–Pero ya había clavado la aguja en su brazo derecho y el contenido comenzó a esparcirse poco a poco por sus venas.
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Múltiple [Suspendida indefinidamente]
Misterio / SuspensoAmable. Atento. Calculador. Despiadado. Psicópata. Me han catalogado de tantas maneras que ya no se quien soy. Tengo tantos nombres que nadie sabe cuál es el verdadero. Mi expediente policial dice que es Ángel, pero ese es un secreto que nadie puede...