Ocho

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Hoy no hay ningún mensajero de Kieran a la vista. Todo marcha relativamente bien hasta qué...

—¡Maldito idiota! —digo al ver la cantidad de papeles que caen de mi casillero hasta el suelo. Papeles de todos colores salen expulsados hacia afuera, todos y cada uno con la estúpida firma de Kavinsky en su interior.

La gente ya me comienza a observar y juzgar desde sus posiciones en el pasillo. Todo por una pila de papeles enviados por Kavinsky.

Hoy, en la entrada del parque. No olvides nuestro trato.

Kieran K.

Tomo una gran parte de las notas y las tiro en un cesto de basura próximo a mi casillero.

—¿Cuántos admiradores secretos tienes? —pregunta Derek haciendo que me sobresalte.

—¡Tú y tu maldita costumbre de aparecer así! —exclamo.

Derek me ignora y toma una de las notas que aún siguen en el suelo. Antes de que pueda leerla le doy un golpe en la mano para que la suelte.

Él me mira confundido.

—¿Quién te las envía?

—Alguien que está lo bastante aburrido como para llenar mi casillero con papeles. Es una estúpida broma, Derek —le aseguro.

—¿Quieres que me encargue de ésto? —se ofrece.

Puedo ver preocupación en sus ojos verdes. Es un bobo, pero es mi mejor amigo, el que me molesta y el que siempre está ahí.

—No, yo puedo con esto. —Le sonrió.

—¿Segura, Tessi?

Le revuelvo su cabello lacio, despeinándolo un poco.

—Sí. Es una broma, no es como si estuviera amenazada o algo así. —Aunque tal vez lo estaba.

Derek, siempre tan cariñoso, me rodea con su brazos protectoramente. Mentiría si digo que no me gustan sus abrazos, son los mejores.

—Bien, aunque sabes que puedes decirme si... —Lo corto.

Me separo un poco de él para verlo a la cara.

—Derek, ya hablamos de esto. He crecido, ya no soy una niña.

Derek me ve con esa mirada de "ni tu te lo crees". Antes de poder contestar somos interrumpidos por el timbre.

Tomo los papeles restantes que quedan en el piso y los tiro.

Cada quien se va a por su lado a su respectivo salón de clases pero, justo cuando me faltan solo unos metros alguien tira de mi brazo hacía una sala vacía.

Primero creo que es Kavinsky con otra de sus amenazas, pero al darme la vuelta me encuentro con Jen.

Frunzo el ceño sin comprender por qué me trae aquí.

—¿Qué...? —comienzo a decir para luego ser interrumpida antes de que pueda terminar mi pregunta.

—¡Kieran te estaba viendo! —exclama gritando y moviendo los brazos como una loca.

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