Veintiocho

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Amber, Emma y Ginger me recuerdan a Mel, Abbi y Jen. Emma es calmada, seria y con una relación estable, obviamente Melany; Ginger es enérgica y enamoradiza al igual que Abby; y, claramente, Amber tiene esa locura, sumamente extraña que inspira confianza, propia de Jen. Debo confesar que la primera vez que hablamos me sorprendí mucho. Yo esperaba un puñado de chicas tontas sin cerebro, fue una grata sorpresa saber que son relativamente "normales". De hecho, el resto del grupo de amigos de Kieran también lo es. Me agradan.

—¿Qué le sucede a Ginger? —les pregunto a las chicas. Ginger apenas se movió desde que llegué a la mesa, comienza a preocuparme.

—Sufre un colapso mental —contesta Emma mientras le da un bocado a su ensalada.

Amber se acerca a mí y me susurra:

—Jackson Queen le habló en la segunda hora.

Queen, popular por naturaleza y apuesto gracias a la genética. Puro músculo, debido al lacrosse y con una sonrisa perfecta; ahora todos parecen haber olvidado la oscura época de sus frenos. Es el tipo de chico que Abbi siempre tiene en la mira, ven a lo que me refiero: son como dos gotas de agua.

—¿Y qué le dijo?

Antes de responder Emma toma un poco de agua.

—Nadie lo sabe. No ha abierto la boca desde que pasó y eso ya es decir mucho. Generalmente, el problema es lograr que se calle.

—No entiendo por qué haces tanto revuelo por Queen, Ginger —dice Zack, entrometiéndose en nuestra conversación —, es un patán, además de un pésimo jugador.

Si algo he aprendido de las veces que me he sentado en esta mesa es que Zack está completamente enamorado de Ginger, lástima que ella esté demasiado ocupada como para notarlo. Zack es un buen chico, gracioso, atlético y, sí, apuesto. Es uno de esos chicos que irradian tanta luz y alegría, que a veces dan ganas ganas de golpearlos.

—¿No fue él quién anotó el punto ganador en el último partido? —interroga Amber.

—Eso fue suerte, todavía es un patán —sentencia dándole un gran mordisco a su manzana.

—Uno muy lindo —digo con la intención de molestarlo.

—Ey, ey, ey... —habla Hunter, uniéndose a la conversación —cuidadito, Caramelito. No queremos que Hulk salga a la superficie —me advierte, mirando de reojo a Kieran. Él susodicho nos observaba hablar un tanto serio, con una ligera tensión en su mandíbula.

—Ella solo esta diciendo la verdad. Digo, ¿han visto los brazos que tiene? —exclama Amber.

Los chicos la observan fijamente como si no pudieran creer lo que escuchan.

—Yo sí — admite Emma, aún con la boca llena. Suelta un suspiro y continua —, parecen...

—Moldeados a mano por los dioses —completo por ella.

—Exacto —concuerda conmigo.

—Bien, ya fue suficiente — la voz de Kieran suena un poco dura y enfadada.

¿De verdad está celoso? ¿Por esta tontería? ¿O solo finge?

No hay tiempo de averiguarlo porque Collin habla antes de que lo intente.

—Sí, Emma. Tu novio esta justo aquí, oyéndolo todo —dice, refiriéndose a sí mismo en tercera persona.

—No seas bobo Collin, sabes que no te cambiaría por un par de brazos fuertes. —Le lanza un beso a Collin, él lo atrapa y lo guarda en su bolsillo con una sonrisa.

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