Muerdo la tostada que tengo en mi plato. Está calentita, tiene ese olor a pan recién horneado... simplemente exquisito. Le doy un sorbo a mi jugo de naranja.
—¿Qué? —No debería abrir la boca, considerando que la tengo llena de comida, pero Gale lleva un largo rato escrutándome y está logrando ponerme nerviosa.
—¿Desde cuándo tú y Kavinsky...? —Deja la pregunta sin terminar.
Limpio mi boca con mi brazo.
—Oh. Ya sé a donde va esto. —Chasqueo los dedos—. Se trata de jugar al hermanito celoso. Si quieres hazlo, aunque no comprendo porqué ahora, nunca has sido muy sobreprotector.
Me levanto de mi lugar en la mesa, mi hermano me sigue hasta la sala.
—Soy tu hermano. —Elevo la cejas, no hemos hablado por diez minutos y él ya está jugando la "carta del hermano"—. Debiste contarme que estabas saliendo con uno de mis amigos.
Lo observo un largo rato sin parpadear, con los labios apretados en una línea.
El momento de explotar ha llegado.
Desde que todos empezaron a opinar sobre la supuesta química entre Kieran y yo se había accionado una bomba en mi mente, era solo cuestión de tiempo para que la cuenta regresiva llegue a cero y detonara, claro que no contaba con que fuera tan rápido ni con que mi hermano lo presenciara. Lastima por él.
Todo pasa en cámara lenta, mi mano izquierda toma el almohadón sobre el sofá y comienzo a golpearlo como una desquiciada, sin darle tiempo siquiera para cubrirse.
—¡NO —lo golpeo en la cabeza— ESTAMOS —lo golpeo otra vez— SALIENDO, IDIOTA! —Trato de pegarle de nuevo pero me detiene. El almohadón queda flotando en medio del aire.
—¡Basta, Tessa! —Me saca el objeto de las manos y lo deja en su lugar correspondiente— Creo que ya te entendí, no hacía falta que te pusieras como loca.
—Espero que así se te quite esa idea de la cabeza. —Acomodo mi ropa y ajusto mi cola de caballo—. Ahora, con tu permiso, o sin el, me da igual, debo irme.
Tomo mi bolso con los libros de la escuela dentro y atravieso el porche.
Un coche me espera, delante de mi puerta. Subo y cierro con un poco más de fuerza de la debida.
—Cuidadito, Theresa. No destruyas esta belleza. —Kieran acaricia el volante. Dramático.
—Cállate, Kavinsky. Tú eres la razón de mi mal humor.
—Creí que estaba casi superado el llamarme"Kavinsky". Me gusta más cuando me dices Kieran.
Mi cerebro se toma un momento para hacer un recuento de las veces que he estado con él, haciendo hincapié en cómo lo he llamado. Extrañamente, casi había dejado de decirle "Kavinsky". No tenía ninguna razón para hacerlo aunque creo que al llamarlo así lo decía con tanto desprecio, y ahora, es distinto. Él ya no es tan detestable. Él es Kieran. Mi amigo.
Sacudo la cabeza para reacomodar mis ideas. Me he desviado del tema.
—¿Qué pasa? —Me observa por el rabillo del ojo mientras conduce.
—Gracias a ti todo el mundo cree que somos pareja. Mis amigas, mis padres, mi hermano, hasta mi abuela. Y sospecho que hasta un sesenta por ciento del instituto cree lo mismo.
—¿Y?
—¿Cómo que "y"? —exclamo—. A ti puede no importarte ya que es solo otro de los miles de rumores que hay a cerca de ti, pero a mí sí. —Al acabar de hablar me doy cuenta del poco tacto que tuve. Tal vez fui injusta con él.

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Ayudando al Playboy
Teen FictionTessa (Theresa) Greir, tiene un alto coeficiente intelectual, pero no es la típica nerd. Es sociable, tiene un grupo de amigos y no es una marginada. Kieran Kavinsky, popular, PLAYBOY con mayúscula porque hace lo que sea para llevarse a una chica a...